El reciente manifiesto del Grupo IDEA, respaldado por una notable lista de exjefes de Estado y de Gobierno, lanza serias acusaciones sobre la legitimidad de la elección extraordinaria para renovar el Poder Judicial en México. La declaración, firmada por figuras prominentes como Vicente Fox y Felipe Calderón de México, así como por José María Aznar y Mariano Rajoy de España, entre otros, categoriza el evento como un “asesinato de una joven democracia”.
En un tono contundente, los exmandatarios expresan que el proceso electoral careció de la esencia democrática en sus etapas: desde la preparación hasta los resultados finales. A su juicio, la elección no solo fue un ejercicio viciado, sino que también estuvo diseñada para desmantelar los últimos resquicios de independencia del Poder Judicial, considerado como el único contrapeso significativo al poder presidencial en México. Este enfoque, según el Grupo IDEA, responde a la estrategia del actual presidente Andrés Manuel López Obrador y de su sucesora, orientada a consolidar un poder absoluto.
El contexto de estas afirmaciones es preocupante. En lo que va de 2025, el Grupo IDEA ya ha emitido una serie de diez declaraciones, tres de las cuales critican las elecciones en Ecuador, Venezuela y México. En este último caso, el manifiesto resalta problemas graves en el proceso electoral, alegando que el diseño de la elección hizo imposible que los votantes pudieran elegir en confianza a los nuevos miembros del Poder Judicial, debido a un sistema de candidaturas arbitrarias y desconocidas.
Los exjefes de Estado mencionan irregularidades significativas, tales como la falta de custodia adecuada de las boletas, la restricción de observadores en las casillas y la manipulación de votos. Estas condiciones, según el Grupo IDEA, socavan la integridad del proceso y la posibilidad de una expresión genuina del electorado.
Atraen la atención sobre la importancia de la independencia judicial, un principio defendido en la Carta Democrática Interamericana. Esta carta establece que es indispensable contar con un Poder Judicial autónomo que pueda ejercer un control sobre los otros poderes del Estado, y que esté preparado para actuar conforme a los principios de legalidad y justicia, incluso frente a la presión de mayorías temporales.
Paralelamente, se han suscitado tensiones dentro del Sistema Nacional Anticorrupción, donde exdirectivos han denunciado una política laboral impuesta por la actual secretaria ejecutiva, Vania Pérez, señalando que su gestión ha creado un clima de descontento y rebelión entre los empleados.
En este entorno electrizante, los resultados del ejercicio electoral para el Poder Judicial en México están generando un debate amplio sobre la salud democrática del país y la viabilidad de sus instituciones, bajo la constante mira de líderes políticos que han enfrentado situaciones similares en sus propias naciones. A medida que se desarrollan estos acontecimientos, la atención internacional se centra en la evolución de la democracia en México y en cómo se preservarán los equilibrios necesarios entre los poderes del Estado.
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