El Estadio Olímpico Universitario, un ícono de la Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM), ha sido el escenario compartido por los Pumas y Cruz Azul durante la última temporada del fútbol mexicano. A pesar de su proximidad, las contribuciones económicas de ambos clubes a la máxima casa de estudios han sido notablemente desiguales.
Cruz Azul, tras solicitar el cambio por parte de su exentrenador Martín Anselmi, formalizó un acuerdo con la UNAM para usar el Estadio Olímpico como su sede local en los torneos Clausura y Apertura de 2025. Este convenio estipula un coste de un millón 321 mil 132 pesos con 14 centavos por cada partido, reflejando un enfoque empresarial claro por parte del club celeste, que abandonó el Estadio Ciudad de los Deportes.
Si bien los Pumas de la UNAM disfrutaron de un acceso gratuito al Estadio Olímpico, esta situación no significa que carezcan de obligaciones económicas. Los Pumas están sujetos a contratos de licenciamiento para el uso de marcas registradas de la universidad, como su famoso escudo y la palabra “PUMAS”, lo que representa un pago anual de 8 millones 227 mil 241 pesos en 2024. Además, deben abonar 570 mil 840 pesos anuales por el arriendo de un local dentro de las instalaciones deportivas universitarias.
Es importante destacar otro aspecto del acuerdo que beneficia a los Pumas, con un millón 472 mil pesos entregados por partido a través de un acuerdo establecido en el contrato colectivo del STUNAM. Este importe incluye la entrega de 2 mil boletos, así como un extra de 54 mil pesos por cada encuentro oficial en la Liga MX.
Desde la firma del acuerdo, Cruz Azul ha disputado 14 partidos en el Estadio Olímpico, acumulando un total de 18 millones 495 mil 850 pesos en ingresos para la UNAM en tan solo un semestre, cifra que supera más del doble lo que los Pumas aportan anualmente por el uso de su marca.
A pesar de la histórica relación que une a los Pumas con la UNAM, el convenio con Cruz Azul ha demostrado ser más rentable en términos económicos a corto plazo. Este modelo de renta directa por partido podría seguir generando ingresos significativos para la universidad en futuras temporadas.
La interacción entre ambas instituciones revela un interesante contraste: mientras los Pumas tienen una conexión institucional más profunda, la llegada de Cruz Azul al Estadio Olímpico ha sido económicamente beneficiosa para la UNAM. Con el desarrollo de estos acuerdos, el costo por partido y las obligaciones de cada club muestran cómo el deporte puede influir en la economía de instituciones educativas y profesionales.
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