La Unión Europea ha presentado este miércoles una herramienta con la que pretende hacer frente al aumento de la presencia e influencia china en el mundo: un plan de financiación de inversiones para países en desarrollo con el que pretende movilizar hasta 300.000 millones de euros. La respuesta llega ocho años después de que la gran potencia asiática lanzara su estrategia para reforzar su posición en el mundo sobre la base de la financiación de infraestructuras que puede alcanzar los 1,1 billones de euros, es lo que se conoce popularmente como la Nueva Ruta de la Seda.
Huyen en la Comisión Europea de presentar el paso dado este miércoles como una respuesta a Pekín, pero la presidenta Ursula Von der Leyen sí que ha señalado que las propuestas de financiación de infraestructuras de otros países “no son transparentes, no son sostenibles, no implican a la comunidad local”. Porque desde Bruselas también se presenta el plan Global Gateway, su nombre oficial, como una vía para impulsar los valores de la Unión: democracia, Estado de derecho, sostenibilidad medioambiental.
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Se trata de darle “un enfoque democrático basado en valores”, ha añadido Von der Leyen. “El propósito es crear lazos y no dependencias”, concreta el documento presentado, “invertir en proyectos que puedan entregarse con altos estándares, buen gobierno y transparencia”.
Desde que Pekín lanzó el Belt and Road Iniciative, el nombre oficial del plan chino, sus inversiones han llegado a decenas de países y ha provocado el recelo de varias capitales europeas, aunque en otros casos han sido recibidos con los brazos abiertos, como en el puerto del Pireo, en Atenas.
Estos 300.000 millones de euros que pretende movilizar la Comisión se desglosan en 135.000 millones que procederían del Fondo Europeo para el Desarrollo Sostenible Plus, a los que podrían añadirse otros 25.000 millones del Banco Europeo de Inversiones. Otros 18.000 millones se aportarían de subvenciones. El resto, unos 145.000 millones, procederían de la financiación de instituciones financieras europeas.
El plan de Bruselas para llegar a esta cantidad es implicar a los Estados miembros también en la financiación y al sector privado para impulsar la inversión, como ha explicado Von der Leyen. Así pues, el programa presentado este miércoles es un primer paso al que le faltan todavía elementos, como la parte de gobernanza, y que cuenta con el apoyo de Estados miembros muy significativos, como Alemania, según apuntan fuentes diplomáticas.
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