En un mundo donde muchas lenguas originarias enfrentan la amenaza de extinción, la poesía emerge como un refugio vital, contribuyendo a su preservación y revitalización. Este mensaje resonó con fuerza durante el evento multilingüe Raíz y fusión sonora, celebrado recientemente en el Auditorio Blas Galindo del Centro Nacional de las Artes (Cenart), en el marco de la Feria de las Lenguas Indígenas Nacionales (FLIN 2025), que tuvo lugar en diversas localidades de la Ciudad de México.
Entre los destacados participantes se encontraban la activista y lingüista purépecha, Rubí Tsanda Huerta, y la prometedora poeta totonaca, Cruz Alejandra Lucas Juárez, ambas comprometidas con la difusión y valor del patrimonio cultural indígena. Lucas Juárez, originaria de Tuxtla, en Puebla, compartió su historia personal, mencionando cómo desde una edad temprana empezó a cuestionar la invisibilidad de su cultura en los medios de comunicación, donde el español predominaba. “Gracias a mis maestros, que me enseñaron a escribir en mi lengua, opté por la poesía como un vehículo para dar voz a mi pueblo. Si nadie escribe en nuestra lengua, no existiremos”, afirmó.
Con una selección de textos en totonaco, que incluían obras como Ser totonaco y Canto infantil, Lucas Juárez dejó claro que la literatura es un pilar esencial para mantener viva su lengua. Por su parte, Tsanda Huerta, de Michoacán, resaltó el poder transformador de la poesía en las comunidades indígenas, donde cada recital puede ser una fuente de reflexión y conexión para la juventud. La poeta presentó obras que evocaban la riqueza y la fortaleza de la lengua purépecha, incluyendo Mi lengua es fuego.
El evento fue enriquecido por la música tradicional; el Trío Eyitxochitl abrió la velada interpretando piezas del son huasteco, en lengua náhuatl. La interpretación se entrelazó con la poesía, creando un ambiente vibrante y significativo. Además, Diana Flores de la Cruz, intérprete de la jarana huasteca, recordó la importancia de celebrar el Día Internacional de los Pueblos Indígenas y el Día Internacional de la Lengua Materna, enfatizando que la visibilidad de estas culturas debe ir más allá de esas conmemoraciones.
Finalmente, el cierre del evento fue realzado por el mariachi Jiak Usim Jiawai, que representa con orgullo la música tradicional en lengua yaqui de Pótam, Sonora, dejando a todos los asistentes con una profunda reflexión sobre la importancia de cuidar y enaltecer nuestras lenguas y tradiciones. Este evento no solo destacó la riqueza cultural de México, sino que también reafirmó el compromiso de seguir promoviendo el respeto y la valoración de la diversidad lingüística y cultural en la actualidad.
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