Verstappen revela su postura ante McLaren en Monza.

El ambiente en el paddock de Monza era tenso la noche del Gran Premio de Italia 2025, con un único tema dominando las conversaciones: el controvertido intercambio de posiciones en los boxes de McLaren. La decisión del director del equipo, Andrea Stella, de anteponer a Lando Norris por delante de Oscar Piastri, luego de que un error en la parada de boxes afectara a Norris, generó no solo críticas, sino también la preocupación del jefe de Mercedes, Toto Wolff. Este último advirtió sobre la posibilidad de que McLaren estuviera estableciendo un peligroso precedente en cuanto a las posiciones de sus pilotos.

Sorprendentemente, ni dentro de McLaren hubo un descontento visible entre Norris y Piastri, un hecho que resulta curioso considerando la historia de rivalidades intensas en la Fórmula 1. Para ilustrar esta situación, se rememora el icónico enfrentamiento entre Ayrton Senna y Alain Prost en 1989, donde habría sido inconcebible que alguno de los dos ayudara al otro en una circunstancia similar.

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Max Verstappen, tetracampeón del mundo, no mostró interés en la controversia de McLaren. En la rueda de prensa posterior al evento, se notó que estaba cansado de las preguntas sobre órdenes de equipo. Cuando un periodista intentó incluirlo en la conversación preguntándole qué habría hecho si estuviera en el lugar de Norris o Piastri, Verstappen respondió de manera evasiva, indicando que no era su problema. Esta respuesta se alinea con su comportamiento en el Gran Premio de Brasil de 2022, cuando ignoró instrucciones del equipo para ceder posiciones a su compañero Sergio Pérez, lo que desató un torbellino mediático sobre la dinámica de Red Bull.

El evento en Monza presentó a McLaren en el centro de la atención, pero el interés de Verstappen era nulo, lo que refleja un cambio significativo en la cultura de equipo dentro de la Fórmula 1. Aunque el intercambio de posiciones entre Norris y Piastri resultó ser civilizado, el legado de rivalidades pasadas todavía resuena fuertemente, iluminando un debate esencial sobre la lealtad en el automovilismo y la ética en las decisiones de equipo.

A medida que el automovilismo avanza, se plantea la pregunta de si este tipo de decisiones dejarán de ser la norma o si volverán a surgir las rivalidades históricas que tanto caracterizaron a la Fórmula 1. Esta es una discusión que seguramente continuará resonando en el futuro cercano.

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