La Pirámide de la Luna, un símbolo emblemático de la grandiosa ciudad prehispánica de Teotihuacán, ha reabierto sus puertas al público tras un paréntesis de cinco años. Este renacimiento del acceso a uno de los mayores atractivos turísticos de la región ha sido posible gracias a los esfuerzos de la Secretaría de Cultura del Gobierno de México y el Instituto Nacional de Antropología e Historia (INAH), quienes llevaron a cabo importantes labores de conservación y mejoras en la seguridad.
Los visitantes que deseen escalar esta monumental estructura podrán acceder únicamente al primer nivel de la pirámide. Este resguardo busca no sólo preservar la integridad del monumento, sino también ofrecer a los aficionados a la arqueología una experiencia única para admirar la magnificencia de la zona arqueológica de Teotihuacán.
El acceso a la Pirámide de la Luna fue cerrado como medida de prevención durante la pandemia de COVID-19, precauciones que se implementaron con el fin de detener la propagación del virus. Durante este tiempo de inactividad turística, se han desarrollado estrategias de seguridad que ahora permiten que los visitantes retomen sus ascensos sin comprometer la estructura.
La Pirámide de la Luna, rodeada por 13 basamentos que alguna vez estuvieron adornados con vibrantes colores en su época dorada, ha sido un lugar de rituales públicos a lo largo de la historia. En la base de la pirámide se ubica la Estructura A, donde se descubrieron nueve altares que simbolizan los puntos cardinales y el eje del universo según la cosmovisión teotihuacana.
Para aquellos que se aventuren a subir, se les recuerda la importancia de seguir indicaciones de seguridad y usar calzado adecuado. Las normas establecen que se debe evitar correr, saltar o jugar tanto en la escalinata como en la pirámide misma. Además, se aconseja a personas con problemas de salud, como hipertensión o afecciones cardíacas, que eviten el ascenso, dado que representa un esfuerzo físico considerable.
Los visitantes ahora tienen la oportunidad de explorar no solo la historia, sino también las perspectivas arquitectónicas y culturales que este monumento representa. La reactivación del acceso a la Pirámide de la Luna se erige entonces como un invitación renovada a los amantes de la historia y la arqueología, preparándose para dar la bienvenida a turistas de todas partes.
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