Mirar sus pinturas emblemáticas tan cerca como la visión humana lo permite y experimentar algunos inventos técnicos como la polea o el aeroplano es posible con el proyecto Da Vinci Experience que, tras la suspensión por la pandemia, reabre sus puertas en Plaza Carso.
“No estamos en contra de la experiencia del museo tradicional, pero lo que nosotros ofrecemos es una experiencia paralela con distintas perspectivas de un sólo hombre tan importante, y esto trae el arte a ti, lo saca de los museos para ponerlo a disposición, accesible a todos”.
Sigue una serie de réplicas de sus pinturas más conocidas como Bautismo de Jesús y La dama del armillo, a una escala 1:1 de las obras originales para que el espectador pueda apreciarlas en su estado real. “Es una inmersión que permite ver las obras a detalle, mucho mejor que cuando vas al Louvre a ver la Mona Lisa protegida por un vidrio y detrás de decenas de personas”, acotó el director al precisar que el espacio tiene un aforo del 50 por ciento y las medidas sanitarias.
Y para los amantes del mural al óleo La última cena, una de las obras más importantes de Da Vinci, se recreó la pieza en una sala propia. Por un lado, se presenta una réplica tridimensional que hace las veces de fondo para las fotos del recuerdo, y por otro, se ofrece una visión digital de la obra que se va descubriendo con el paso de las personas.
Para entrar aún más en el imaginario del artista, se ofrece una experiencia de realidad virtual en la que se entra al estudio del pintor y desde ahí se da un paseo por Florencia en el aeroplano de Da Vinci, o por el río Arno en la balsa diseñada por el artista.