La Secretaría de Economía de México, junto con la Oficina del Representante Comercial de Estados Unidos (USTR) y autoridades canadienses, ha iniciado formalmente las consultas públicas del T-MEC. Este proceso busca elaborar un diagnóstico sobre el funcionamiento del acuerdo, y representa un paso preliminar hacia los trabajos trilaterales de revisión programados entre enero y junio de 2026. Es probable que, en esta revisión, se considere la renegociación de algunas fracciones específicas del tratado, ya que abrir todo el T-MEC a cambios completos es poco probable.
En medio de este panorama, el expresidente Trump continúa con su “guerra” arancelaria. En una reciente demanda, exigió a México que eliminara más de 50 barreras no arancelarias, propuesta respaldada por Marco Rubio durante su visita a nuestro país. Sin embargo, la Secretaría de Economía no ha proporcionado información sobre el avance en la eliminación de estas barreras, lo que es un tema sensible dado que su desmantelamiento beneficiaría a México al fomentar una mayor competencia y productividad.
Entre las barreras comerciales no arancelarias que se sugiere eliminar, se mencionan prohibiciones sobre organismos genéticamente modificados, especialmente en lo que respecta al glifosato y el maíz transgénico. También se destacan las limitaciones en la propiedad intelectual, como la protección a películas y la piratería, cuestiones que requieren atención. En el sector energético, es crucial que las empresas e inversionistas estadounidenses reciban un tratamiento no discriminatorio similar al que se concede a PEMEX y CFE. Se añade que el costo del espectro radioeléctrico en el país es uno de los más elevados del mundo, y que la COFEPRIS tarda entre 18 y 24 meses en conceder licencias de importación, lo que genera incertidumbres reguladoras para la inversión extranjera directa.
Es fundamental eliminar estos obstáculos, pues esto es, en última instancia, lo que conviene a México. La propuesta de Estados Unidos de abordar estas barreras es un indicativo de su deseo de mantener viva la colaboración en el marco del T-MEC. Aunque México está dispuesto a comprometerse en la eliminación de estas limitaciones, debe haber una reciprocidad de parte de Estados Unidos, que involucre la eliminación de aranceles recientes en sectores clave como el automotriz, acero, aluminio y varios otros.
A pesar de las tácticas políticas de Trump, que usa las herramientas de comercio internacional como presión, es evidente que Estados Unidos comprende la importancia del comercio trilateral dentro del T-MEC. Es poco probable que abandone el tratado de manera radical, ya que reconoce que este puede ser un bloque efectivo para contrarrestar la influencia comercial de China. En este contexto, México necesita enfrentar el desafío del comercio chino, pero no a través de la implementación de altos aranceles, ya que esta estrategia podría llevar a un estancamiento en el crecimiento económico en ambos lados de la frontera.
Este análisis se fundamenta en información publicada el 30 de septiembre de 2025, y refleja las dinámicas económicas y comerciales que continúan desarrollándose en el marco del T-MEC.
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