En un duro golpe para la economía mexicana, se arrojó la pérdida de 112 mil empleos en el mes de abril, según datos revelados por el INEGI. Este número es extremecedoramente alto y se suma a los 555 mil puestos de trabajo perdidos durante los primeros cuatro meses de este año. Esta situación ha dejado a miles de familias sin empleo y en una posición difícil para hacer frente a sus gastos diarios.
El sector más afectado fue el de servicios, que representó casi el 90% de los empleos perdidos. Las medidas de confinamiento y la restricción de actividades económicas para frenar la propagación del virus han impactado significativamente al sector turístico, y por lo tanto, al mercado laboral en general. Con el aumento en la demanda de servicios de salud, muchos trabajadores de este rubro fueron contratados, pero la mayoría de estos puestos eran temporales y algunos ya han finalizado.
El panorama es desalentador, pero el gobierno mexicano ha implementado diversas políticas para contrarrestar el impacto económico del COVID-19. El programa “Crédito a la palabra” ofrece préstamos para pequeñas empresas. Además, el país ha firmado préstamos con el Banco Interamericano de Desarrollo y el Banco Mundial, y ha proporcionado medidas fiscales para ayudar a las empresas en dificultades. Sin embargo, queda por verse el resultado de estas medidas para mitigar las pérdidas.
Es importante recordar que, en estas situaciones difíciles, debemos unirnos como nación y hacer todo lo posible por apoyarnos mutuamente. Los esfuerzos para combatir la pandemia y para cuidar a los mexicanos afectados por la crisis económica deben ser continuos y es necesario mantener la esperanza de que saldremos adelante. La pérdida de empleos es una realidad para muchas personas en el país, y es fundamental encontrar formas de ayudarles a recuperarse de esta situación.
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