El calor en este mes de abril en España ha sido excepcionalmente alto, batiendo récords en muchas ciudades. Esta ola de calor es “una anomalía climática más en un mundo en constante calentamiento global” y amenaza a la salud de las personas, la agricultura y la fauna silvestre. Además, el cambio climático y las emisiones de gases de efecto invernadero son los principales culpables de este fenómeno.
El 28 de abril, 28 capitales de provincia en España podrían batir sus máximas históricas debido a esta ola de calor. La temperatura más alta registrada hasta ahora es de 42.6°C en Córdoba, en 2017. En zonas como Andalucía, la Comunidad de Madrid, Castilla-La Mancha, Castilla y León, Extremadura y Aragón, las temperaturas podrían superar los 35°C y acercarse a los 40°C.
Las consecuencias de esta ola de calor pueden ser desastrosas. La agricultura es una de las industrias más afectadas por la ola de calor, ya que el calor extremo puede hacer que los cultivos no crezcan y mueran. Además, las altas temperaturas pueden tener graves consecuencias para la salud de las personas, especialmente las personas mayores, los niños y las personas con enfermedades crónicas. El riesgo de incendios forestales también aumenta con esta ola de calor, lo que podría destruir áreas naturales y poner en peligro la vida de las personas.
En conclusión, esta ola de calor en España es un ejemplo más del cambio climático y la necesidad de tomar medidas inmediatas para proteger el medio ambiente y la biodiversidad. Es importante sensibilizar a la sociedad sobre la importancia de reducir las emisiones de gases de efecto invernadero y buscar soluciones para mitigar el impacto de eventos climáticos extremos.
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