En el contexto político actual, Adán Augusto López, quien alguna vez fue considerado un posible heredero del obradorismo, se ha visto arrastrado a un torrente de controversias que sacuden su posición en la 4T. Originalmente, su cercanía con Andrés Manuel López Obrador, así como su destacado papel como tabasqueño, lo catapultaron hacia altos cargos como la gubernatura de Tabasco y la Secretaría de Gobernación. Sin embargo, las acusaciones recientes relacionadas con el narcotráfico, huachicol fiscal y enriquecimiento ilícito han transformado su figura de un “hermano” de AMLO a un incómodo miembro del círculo cercano.
Particularmente, el escándalo que rodea a Hernán Bermúdez Requena, conocido como “el Abuelo”, ex titular de la Secretaría de Seguridad de Tabasco durante la gestión de López Hernández, continúa generando un impacto negativo en la percepción de Morena y en la figura de Claudia Sheinbaum. Según datos de la encuestadora Polister, la incertidumbre se ha apoderado incluso entre los morenistas: más de la mitad de ellos exige a Adán Augusto que se aparte temporalmente de la coordinación del grupo parlamentario en el Senado, mientras que un 17% solicita una renuncia definitiva.
En un reciente sondeo, se reveló que un 56% de los encuestados con afiliación a Morena opinan que lo más apropiado sería que López Hernández se apartara de su cargo mientras se clarifican las acusaciones en su contra. Además, el 37.05% de los encuestados considera creíbles las denuncias relacionadas con pagos millonarios de empresas privadas que no habrían sido adecuadamente declarados. Esta sensación de creciente presión proviene no solo de la ciudadanía en general, sino también de compañeros en el Senado, donde se destaca la senadora Guadalupe Chavira liderando la petición de que Adán Augusto entregue su coordinación.
Así, la situación se convierte en un foco de atención no solo para los seguidores de López Obrador, sino también para un público más amplio que observa de cerca los movimientos dentro de la estructura de poder de Morena. En un clima de creciente escepticismo y demandas de transparencia, la próxima fase en la carrera política de Adán Augusto López se presenta cargada de desafíos y exigencias por parte de su propia base.
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