Recientemente, un emprendedor indio llamado Amin Sheikh ha puesto en marcha un proyecto que llama la atención sobre la paradoja de que muchos niños, a pesar de tener todo lo que necesitan, se sienten deprimidos y enfadados. Sheikh, quien creció en la calle antes de ser adoptado, fundó la ONG “Niños de la calle” en Mumbai para ayudar a otros niños que se enfrentan a situaciones similares.
Sheikh señala que muchos niños sufren de falta de dirección y propósito en sus vidas, a pesar de tener acceso a comodidades como la educación y la tecnología. Por esta razón, la ONG ofrece actividades y talleres en áreas como las artes, la música y el deporte para ayudar a los niños a encontrar un sentido de comunidad y propósito.
La labor de Sheikh ha sido reconocida con premios como el Premio Internacional de la Paz Infantil y el Premio INK Fellows. Sin embargo, su proyecto no está libre de críticas y desafíos. Desde la falta de financiamiento hasta la dificultad de llegar a los niños más necesitados, Sheikh ha tenido que encontrar formas creativas de mantener su proyecto a flote y escalable.
La historia y el trabajo de Amin Sheikh son un recordatorio de que la verdadera felicidad no se encuentra en la posesión de bienes materiales, sino en la conexión humana y el sentido de propósito. Si bien la ONG “Niños de la calle” se centra en la atención y cuidado de los niños más vulnerables en la India, su mensaje es aplicable a nivel global: todos podemos encontrar formas de ofrecer comunidad y propósito a los niños en nuestra vida.
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