En los modernos sistemas de salud, el desafío de garantizar un acceso oportuno, eficiente y equitativo a medicamentos esenciales se ha vuelto central. Los crecientes costos, la fragmentación de la demanda y la presión sobre los presupuestos públicos obligan a explorar soluciones innovadoras.
Una de las estrategias más destacadas en este contexto es la compra consolidada de medicamentos, que busca promover la concentración de la demanda y facilitar la negociación colectiva. Este enfoque ha cobrado relevancia en México, donde la compra consolidada de medicamentos e insumos médicos para el periodo 2025-2026 ha supuesto un hito significativo, caracterizado por el volumen y la complejidad de los retos que han surgido.
Este proceso ha visto un aumento notable en la participación, con más de 400 propuestas recibidas, el doble de lo habitual. A pesar de los desafíos, se logró el compromiso de propuestas para el 98.5% de las claves licitadas (3,900 en total), alcanzando mediante negociaciones adicionales una cobertura cercana al 99%. Además, se implementó una estrategia de distribución directa destinada no solo a hospitales, sino también a hogares, lo cual es crucial para la entrega de medicamentos especializados, incluidos aquellos necesarios para el tratamiento de hemofilia.
Sin embargo, la administración de Birmex, la empresa estatal encargada de la adjudicación y distribución de estos medicamentos, ha enfrentado serias acusaciones de corrupción. Estos señalamientos han resultado en la destitución de seis funcionarios y han dado pie a al menos 13 investigaciones administrativas, poniendo en entredicho la transparencia del proceso.
En el entramado de la compra consolidada participan diversas instituciones públicas, empresas del sector privado y organismos de supervisión. La Secretaría de Salud y sus múltiples entidades, como el IMSS, ISSSTE y hasta instituciones de salud nacional, juegan un papel crucial en esta labor. Por otra parte, la Secretaría Anticorrupción y Buen Gobierno está encargada de vigilar la legalidad de este proceso.
No obstante, los resultados esperados por el gobierno federal y el sector salud aún no se han materializado completamente. El patrón de prácticas cuestionables observadas en sistemas de compras anteriores a la actual administración se repite, lo que podría tener repercusiones fatales en el rubro farmacéutico.
Este contexto resalta la imperante necesidad de revisión y mejora en el sistema de compras para que, en el futuro, se logren los objetivos de mejorar el acceso y la calidad en la atención sanitaria. La adquisición de medicamentos en México sigue siendo un tema complejo y que requiere atención urgente para garantizar que el sistema de salud cumpla con su misión fundamental: cuidar de la salud de la población.
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