Guanajuato, Gto., Circle of Live, el conjunto sueco de tecnoambient fundado por Sebastian Mullaert, deslumbró en los inicios del Festival Internacional de Cine (FIC). Su presentación el domingo en la Alhóndiga fue un auténtico espectáculo de fusión entre música y artes visuales, destacándose con alucinantes gráficos y una interpretación de una bailarina al estilo Butoh, quien se llevó las ovaciones del público. El término “círculo” alude al espacio de colaboración donde los miembros de la agrupación crean y potencian sonidos análogos, combinándolos con herramientas computarizadas para generar una experiencia única y envolvente.
La música ambient, caracterizada como tecno para quienes buscan una experiencia alejada de ritmos acentuados y bailables, toma protagonismo en su obra. Circle of Live utiliza una variedad de instrumentos, desde samplers hasta software avanzado, pero el resultado final mantiene una esencia más orgánica que muchas composiciones tradicionales. En este estilo, las melodías se expanden hasta su máxima expresión, similares a organismos multicelulares que se liberan y se desvanecen naturalmente.
▲ Durante la actuación, los visuales en tiempo real transformaron a los artistas en estalactitas, creando un espectáculo visual fascinante.Foto Gabriel Morales/FIC
El vínculo entre este estilo musical y la naturaleza tiene resonancia en producciones notables como el célebre disco Plantasia (1976), de Mort Garson. Experimentos musicales posteriores han intentado codificar patrones del mundo vegetal, convirtiéndolos en sonido. Asimismo, el álbum Music for Airports, Ambient 1 (1979) de Brian Eno, reinterpreta el concepto de “no-lugar” característico de los aeropuertos, añadiendo una noción de vida a estos espacios impersonales.
Circle of Live marca la diferencia al prescindir de las convenciones habituales en conciertos. Aquí no hay saludos vacíos, demagogia o exigencias de aplausos. La expresividad reside en la música misma, que habla por sí sola.
A medida que el espectáculo avanzaba, los visuales en tiempo real capturaron y desintegraron a los músicos, transformándolos en estalactitas que, al final, se desvanecieron en puntos indivisibles, dando lugar a una nueva forma y significado.
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