La Administración de Joe Biden ha anunciado este lunes la excarcelación y traslado a su país natal de un detenido de la cárcel militar de Guantánamo. La primera repatriación de un reo desde esta polémica prisión bajo el actual presidente estadounidense. Con la salida del marroquí Abdul Latif Nasir, de 56 años, del penal de la base naval situada en la Bahía de Guantánamo, en Cuba, el número de detenidos se reduce a 39.
Según el comunicado del Pentágono, la Junta de Revisión Periódica de Guantánamo (PRB, en sus siglas en inglés). Ya había determinado en 2016 que la detención bajo la ley estadounidense de guerra de Abdul Latif Nasir no seguía siendo necesaria por no constituir ya una amenaza para la seguridad nacional de EE UU. La PRB es el organismo instaurado bajo la presidencia de Barack Obama en 2011 que dictamina si los detenidos de Guantánamo pueden ser liberados, repatriados a sus países o bien si deben continuar recluidos.
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Aunque ya ha transcurrido un lustro desde que este órgano recomendara que Nasir fuera enviado de vuelta a su país natal, Marruecos, ni la Administración de Obama ni la de Donald Trump, que confirmó la recomendación de la PRB en 2018, le habían repatriado.
Según los documentos de su detención filtrados por Wikileaks, Abdul Latif Nasir, de 56 años y oriundo de Casablanca. Era miembro del comité militar de Al Qaeda y había estado en contacto directo con el líder del grupo terrorista Osama Bin Laden desde 1993. Las autoridades estadounidenses le acusaron de haber recibido formación en tácticas terroristas en diversos campos de entrenamiento de la organización terrorista en Afganistán, incluyendo entrenamiento avanzado en explosivos.
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El preso ahora excarcelado participó supuestamente en combates contra el Ejército de EE UU en ese país asiático y fue responsable de trasladar a los combatientes de la ciudad de Jalalabad al complejo de Tora Bora, donde más tarde asumió el mando del frente de guerra. El espionaje de EE UU cree que probablemente había formado antes parte del Grupo Islámico Combatiente Libio, entidad afiliada a Al Qaeda fundada en 1995.
Bush para alojar a los bautizados como “combatientes extranjeros”, los sospechosos de terrorismo capturados por EE UU tras los atentados del 11 de septiembre de 2001, o bien entregados a las autoridades estadounidenses por terceros países. La alegalidad de mantener a personas detenidas, muchas veces sin cargos ni juicio, así como el tratamiento degradante cercano a la tortura que se infligió a los presos, denunciado por diversas organizaciones de derechos humanos, convirtieron a esta prisión en el símbolo de los excesos de la llamada “Guerra contra el Terror” de Estados Unidos.