#Fútbol #Acoso | Scarlett Camberos tuvo que abandonar su trabajo en el equipo de fútbol América después de ser víctima de acoso. Experimentó una situación angustiante en las últimas semanas y la respuesta de las autoridades fue tardía, como ha ocurrido en otros casos similares.
A pesar de que se ha emitido una orden de detención contra el agresor, el temor a posibles represalias llevó a Camberos a buscar seguridad en Estados Unidos. La gravedad de la situación es alarmante, pero parece que las autoridades y el mundo del fútbol no están tratando el tema con la suficiente seriedad.
Claudia Pedraza, experta en temas de género y deporte de la Universidad La Salle, ha señalado esta preocupante falta de atención.
“Este tema refleja que los clubes en México siguen siendo reactivos a las violencias que ostentan sus jugadoras, es decir, hacen cosas cuando ellas ya han enfrentado algún tipo de situación. También refleja que ni a nivel federación, ni a nivel de clubes hay una serie de elementos necesarios para garantizar su seguridad.”, dijo en entrevista.
Lamentablemente, el caso de Camberos es solamente uno más en el historial de acosos a jugadoras de la Liga MX Femenil, pero también es una raya más en la ineficiencia de las autoridades, la falta de apoyo y sobretodo el miedo.
Basta con recordar lo que también vivieron otras futbolistas como Greta Espinoza, Jana Gutiérrez, Selene Varela, Renata Masciarelli, Nailea Vidrio, Norma Palafox, Selena Castillo o Sabrina Enciso por mencionar algunas que sufrieron violencia de una u otra manera.
Para Pedraza, la reacción de los equipos es poca o nula pues “en realidad sabemos muy poco de lo que hacen de manera preventiva para que estas cosas pasen. Lo que tenemos son reacciones en forma de comunicados, pero no transparentan en qué están contribuyendo”.
No hay suficiente educación e interés en evitar la violencia de
Una de las causas de que la violencia contra la mujer continúe con tanta regularidad en México es la falta de interés, educación y presión para que se realicen los cambios.
Claudia Pedraza pone sobre la mesa el ejemplo de lo que ha sucedido en países como Estados Unidos, Argentina, Francia o España, donde “la diferencia es que las mujeres han logrado organizarse para generar estos mecanismos en las diferentes instituciones deportivas.
“Acá en México lo que nos ha faltado es generar esos grupos de presión pero que no obstante deberían ya estar colocados desde las propias instituciones, no a partir de que un sindicato o un grupo de jugadoras lo demande”, explica.
Sin embargo, la especialista también detalla que tampoco hay preparación por parte de la sociedad o las autoridades cuando se trata de las damas porque “efectivamente las implicaciones que tienen los problemas cuando le ocurren a un jugador que a una jugadora son totalmente distintas, aún cuando se trate de las mismas situaciones”.
Según Pedraza, tampoco es una cuestión de generaciones porque aunque las nuevas “tienen menos arraigados estos roles, estereotipos, prácticas y expresiones machistas que son tan comunes en el deporte, aún permanecen en una buena parte de la población sobre todo en la afición varonil.
“Me parece que hay un cambio que se puede impulsar conforme vayan llegando generaciones con otra visión en los diferentes ámbitos de decisión: medios de comunicación, de las vidas, de las instituciones deportivas ahí podrían haber cambios desde arriba porque desde abajo, en la afición, yo lo veo todavía difícil”, dijo.
Las instituciones accionan por limpiar su imagen
Ya se mencionó la falta de interés en buscar un cambio de mentalidad dentro y fuera de las instituciones deportivas, pero esto va relacionado directamente a “falsas acciones” por parte de las empresas donde lo único que buscan es mantener limpia su imagen y evitar repercusiones o juicios.
“Las empresas cada vez se apropian más de este impulso de igualdad, de no violencia, y es algo con lo que promueven muchos de sus productos y eso se ve reflejado en lo que esperan del equipo de futbol que están patrocinando”, explica la especialista.
Asimismo, para la entrevistada los llamados “cambios reales” en su mayoría se han logrado por la presión que ejerce el público desde su trinchera, pues todo forma parte de un ciclo de consumo y del negocio y beneficio alrededor de las instituciones deportivas.
“Temen a ese sector de la afición que cuestiona más cuando un club o una marca no se posiciona políticamente frente a los casos más graves que se presentan en el mundo deportivo. Estos elementos terminan por provocar que los clubes hagan este tipo de pronunciamiento y buscan evitar la caída de reputación o cancelamiento que pueden enfrentar sobre todo en redes sociales”, concluyó.
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