Luis Antonio Ramírez Pineda ha navegado con habilidad en un entorno complicado, apartado de los conflictos familiares que han salpicado a sus hermanos. Su salida de la dirección general de Nacional Financiera y Bancomext, anunciada hace seis meses, se convierte en el foco de un debate interno dentro del círculo económico del claudismo, donde las aspiraciones de Roberto Lazzeri a una subsecretaría vacante chocaron con la llegada de María del Carmen Bonilla.
La decisión de Ramírez Pineda coincide con la llegada del nuevo secretario de Hacienda, Edgar Amador, quien tomó nota del ofrecimiento de Lazzeri de ceder su puesto como jefe de la Oficina del Secretario. La permanencia de Lazzeri en un rol crucial bajo la administración de la presidenta Sheinbaum se debe, sin duda, a la influencia de Altagracia Gómez Sierra, quien dirigió el Consejo Asesor de Desarrollo Económico Regional.
Se da a entender que uno de los objetivos primordiales de la administración actual es la consolidación de los Polos de Desarrollo del Bienestar. Dentro de este marco, NAFIN y Bancomext desempeñan funciones vitales, no solo en el impulso de las micro, pequeñas y medianas empresas, sino también en la expansión del Plan México.
La presidenta Sheinbaum mostró su apoyo a la recomendación de Gómez Sierra, además de buscar el consejo de Lazzeri sobre si prefería permanecer en México o aceptar ofertas de trabajo en Washington D.C. Lazzeri eligió quedarse y asumió responsabilidades significativas en su nuevo rol.
El intercambio de direcciones coincide con la transferencia de servicios fiduciarios de CI Banco a Grupo Multiva, en un contexto marcado por la crítica situación que enfrentó la institución gubernamental tras una intervención de la Comisión Nacional Bancaria y de Valores (CNBV). Este movimiento representa un acierto por parte de la directora Tamara Caballero, quien anteriormente había manejado la relación de Grupo Interacciones con gobiernos estatales y municipales.
Conforme a la normativa vigente, NAFIN debía escindir el banco fiduciario antes de fusionarlo, un modelo que Lazzeri postuló, aunque el director saliente se mostró reacio a ello, optando por un enfoque más conservador. Como resultado, tanto clientes privados como estatales ahora han quedado bajo el ala de Olegario Vázquez Aldir. CI Banco, por su parte, planea desafiar su inhabilitación ante el FinCEN en tribunales de Estados Unidos, aunque el daño a su reputación parece ya ser un reto insuperable.
La agresividad con la que se ha manejado esta situación podría volverse en su contra. El riesgo de una transferencia directa de activos fiduciarios a Grupo Multiva podría complicar la leve recuperación patrimonial que los inversionistas del banco sancionado esperan.
Los cambios en el equipo financiero del gobierno son testimonio de un entorno político y económico en evolución, donde las decisiones no solo afectan a individuos, sino que también tienen profundas implicaciones para la economía del país. La información presentada corresponde a la fecha de publicación original, el 20 de agosto de 2025.
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