En una colaboración anterior (3 de abril de 2019) expresé las razones para designar a la presidencia de Andrés Manuel López Obrador como perfomativa. Para ello tomé como sustento las investigaciones de John L. Austin sobre el lenguaje. Llamó “performativas” a las expresiones que al emitirse realizan el hecho que expresan. Al efecto, puse el ejemplo del sacerdote que al declarar a una pareja casada bajo cierto rito, lograba su incorporación a la correspondiente religión y su comunidad.
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Con base en estas consideraciones, discurrí que, efectivamente, los ejercicios realizados por el presidente en los primeros meses de su mandato, tenían esas características. Por ejemplo, cuando afirmaba que la asociación entre delincuentes y autoridades había concluido, no estaba dando noticias de una situación, sino ordenando la conformación de la realidad de acuerdo con sus palabras. De la misma manera, cuando dijo que el tráfico ilícito de los hidrocarburos había concluido o que la pandemia había sido domada, estaba asumiendo la condición “realizativa” de su propio lenguaje.
Aun cuando la performatividad presidencial se mantiene, su sentido ha variado sustancialmente en los últimos meses. A comienzos de su Administración, lo que el presidente hacía era anunciar el modo en el que la realidad se estaba conformando. Ello tenía un signo constructivo. Su decir suponía que lo que fuese a suceder ya era o iba a ser como él lo estaba diciendo. Tal vez por tratarse de los tiempos en los que era fácil estar a la ofensiva dada la caracterización que había hecho del pasado y las expectativas que sobre su régimen existían, asistíamos al anuncio de realizaciones.
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Pasamos de unas pretensiones constructivas, de aquello que iba a suceder, a otras de denegación, de aquello que no está aconteciendo. La importancia del cambio habrá de trascender en el modo de ejercer el poder y, con ello, de concebir y elaborar las políticas públicas y las normas jurídicas que, en su caso, pretendan instrumentalizarlas. ¿Qué tipo de ejercicio de Gobierno es previsible que se realice por parte de quien no ve la verdad y toma sus decisiones no solo negando la realidad sobre la cual tiene que gobernar, sino asumiendo que la misma está constituida a partir de la misma negación?