El presidente de México, Andrés Manuel López Obrador, ha hecho un gesto poco usual en su mandato: ha reconocido un error. Este jueves, frente a los principales banqueros del país, el titular del Ejecutivo ha pedido una disculpa a la gobernadora del Banco de México, Victoria Rodríguez Ceja, por revelar esta mañana la decisión del banco central de elevar en 50 puntos base la tasa de interés, al 6,5%, una información que sería dada a conocer horas después por la institución.
El mandatario ha aprovechado el repaso de los indicadores económicos durante su intervención en el acto inaugural de la 85 Convención Bancaria en Acapulco para admitir su equivocación. “Quiero ofrecer una disculpa a la gobernadora del Banco de México porque recibí la información, anoche de que había tomado la decisión de incrementar la tasa, pensé que ya se había hecho púbico y hoy en la mañana hablé del tema, pero quiero decirle que reafirmó compromiso de respetar la autonomía del Banco de México”, declaró.
Su disculpa fue seguida de un acalorado aplauso de los cerca de 800 representantes del sector financiero mexicano que por un par de días han intercambiado los trajes por las frescas guayaberas y las camisas blancas. Con este gesto, el mandatario sofocó un incendio que él mismo ocasionó por la mañana cuando soltó anticipadamente una información exclusiva del Banco de México. “Nosotros vamos a tener una tasa de interés de 6,5%”, dijo en Palacio Nacional. La frase despertó una polémica que se hizo eco hasta los pasillos donde al mismo tiempo comenzaba el cónclave anual de los 49 bancos en el puerto de Acapulco (Guerrero).
Ante los directivos, gerentes y trabajadores de bancos como Banorte, BBVA, Scotiabank o Santander, el presidente reafirmó su compromiso con los banqueros de que no cambiará las reglas de la política monetaria. “El Ejecutivo que represento no enviará al Congreso ninguna reforma legal que afecte las utilidades que legalmente se adquieren por los servicios que prestan las instituciones financieras, tampoco se establecerán nuevas regulaciones o controles”, declaró.
El presidente de México se retiró de la tribuna bancaria después de su intervención con el beneplácito de un gremio que le pide “escuchar todas las voces”. Después del Ejecutivo, la gobernadora del Banco de México, Victoria Rodríguez Ceja, participó en el mismo espacio, pero no hizo alusión alguna al inusitado gesto presidencial. Por el contrario, ocupó su tiempo para hablar sobre la sólida estructura regulatoria de la institución y del sistema financiero mexicano. “El sistema bancario cuenta con condiciones de solvencia y liquidez para incrementar de manera relevante los volúmenes de financiamiento. El Banco de México considera que el otorgamiento prudente del crédito es una variable clave para apoyar este esfuerzo, talento e iniciativa de los mexicanos y para propiciar el crecimiento de largo plazo”, mencionó.
Gerardo Esquivel, subgobernador del Banco de México ―presente en la convención— celebró el gesto del presidente y afirmó que la autonomía sigue intacta. “Es valioso reconocer que fue una suerte de confusión y que la autonomía del Banco de México se ha respetado y que la decisión, como hemos dicho en distintas ocasiones, se toma de manera libre por cada uno de los miembros de la junta”, aseveró. Esquivel descartó que haya existido una mala fe por parte del mandatario en la revelación anticipada de esta información y negó que se tenga que modificar la regulación del banco central para evitar más fugas de información en el futuro. “Fue una confusión, no hubo filtraciones ilegales”, concluyó.
Aunque la polémica quedó zanjada con la disculpa presidencial, no evitó que acapara la discusión bancaria durante la primera jornada. El presidente de la Asociación de Bancos de México, Daniel Becker, fue enfático al pronunciarse por un Banco de México autónomo y matizó la escalada de las tasas de interés, así como sus efectos en el costo de los créditos: “Un incremento en la tasa de interés no se refleja de forma inmediata en el costo (de los financiamientos) en términos finales. Generalmente, el incremento en la tasa variable es de un 0,20 y con un desfase de seis meses, así que, por el momento, no es un tema que alerte. Por supuesto, hay que estar prudentes”, declaró el jefe de la patronal bancaria.
En este mismo recinto, el director general de Scotiabank, Adrián Otero, explicó que esta alza no se verá directamente reflejada en los créditos por la “elasticidad del mercado” y la necesidad de los bancos de mantener sus financiamientos atractivos para sus clientes. “Cuando hay una gran competencia tengo que ofrecer un precio competitivo. Nuestro negocio primario en Scotia es crecer, es dar crédito y lo que la gente pide es certeza”, afirmó el jefe del banco canadiense.
Gracias por leer Columna Digital, puedes seguirnos en Facebook y Twitter, o visitar nuestra pagina oficial.
La nota precedente contiene información del siguiente origen y de nuestra área de redacción.