El ministro de Exteriores argelino, Ramtane Lamamra, anunció este martes la ruptura de relaciones diplomáticas con Marruecos después de varias semanas en las que había ido escalando la tensión entre ambos países vecinos. Las relaciones de los dos Estados, que se disputan la consideración de potencia hegemónica del Magreb, han sido complicadas desde el final mismo de la colonización francesa, pero se han envenenado desde mediados de los años setenta a raíz del conflicto del Sáhara Occidental y el apoyo que otorga Argelia al Frente Polisario.
Más información
En su comparecencia pública, el propio Lamamra ha citado la política de Marruecos en el Sáhara Occidental como una de las razones que ha provocado la ruptura de relaciones. “En cualquier caso, Argelia rechaza la lógica de los hechos consumados”, ha afirmado el veterano diplomático, en referencia al hecho de que Marruecos ha afianzado su control y explotación de los recursos del territorio en disputa. De hecho, para intentar frenar esta dinámica y atraer el interés de la comunidad internacional, el Frente Polisario anunció en noviembre la ruptura del alto al fuego en vigor desde 1991. Sin embargo, desde entonces, solo se han registrado algunos enfrentamientos de baja intensidad en la zona.
La sombra de un deterioro en las relaciones formales entre ambos países se cernía sobre el Magreb desde el miércoles pasado, cuando se celebró una reunión del Consejo de Alta Seguridad en Argel, presidido por Abdelmajid Tebún, el jefe de Estado argelino. “Los repetidos actos hostiles de Marruecos contra Argelia han llevado a reconsiderar las relaciones entre los dos países y a intensificar la vigilancia de la seguridad en las fronteras occidentales”, rezaba un comunicado público por parte de la oficina de la Presidencia.
Más Información
En concreto, entre los actos hostiles a los que se refieren las autoridades argelinas y que habrían sido cometidos durante las últimas semanas, figura el presunto apoyo de Rabat a dos partidos políticos, el MAK, que defiende la independencia de la región amazig de la Cabilia, y Rachad, un partido islamista, ambos clasificados como “organizaciones terroristas” desde el pasado mes de febrero.
De hecho, Argel ha llegado a señalar que estos dos grupos, e indirectamente a Marruecos, están detrás de la ola de más de un centenar de incendios que ha arrasado miles de hectáreas, dejando un desolador balance de al menos 90 muertos. Incluso se ha achacado al MAK y a Rachad el linchamiento y asesinato de Djamel Benismail, al que una turba en la región de la Cabilia, la más dañada por los incendios, confundió con un pirómano. Sin embargo, luego se supo que el chico había acudido a la zona para ayudar como voluntario en las tareas de extinción de los incendios.