La historia de canibalismo y adicciones del actor Armie Hammer, conocido por su papel en la cinta de culto Call me by your name, dio la vuelta al mundo hace apenas seis meses. A sus 34 años, casado y con dos hijos, su historia saltó a los medios cuando se filtraron varios mensajes suyos enviados a algunas mujeres donde hablaba de prácticas sexuales sadomasoquistas y extremas. El episodio le hizo dar un paso atrás en los proyectos cinematográficos en los que estaba inmerso, por lo que decidió refugiarse fuera de Estados Unidos para no ser perseguido por los medios.
Ahora, Hammer ha dado un paso más y ha decidido ingresar en una clínica de rehabilitación para tratar sus adicciones, en este caso al sexo, al alcohol y a las drogas. Así lo cuenta en exclusiva la edición estadounidense de la revista Vanity Fair, que ha hablado con varias fuentes del entorno del actor, entre ellos buenos amigos suyos, que así se lo han confirmado.
Según explica la publicación, Hammer estaba en las islas Caimán (situadas en el Caribe, al sur de Cuba) desde mediados de marzo, pero a finales de mayo decidió volar él solo hasta una clínica situada en Orlando, Florida (en el sur de EE UU). Testigos presenciales lo vieron llegar al aeropuerto de la isla principal junto a su exmujer, Elizabeth Chambers, y sus dos hijos, y después embarcar en el avión. Al parecer, según dos fuentes cercanas, ingresó en la clínica el 31 de mayo y ya lleva más de una semana de tratamiento.
Precisamente, Chambers habría sido uno de los principales apoyos de Hammer en este proceso de recuperación. La pareja se casó en 2010 y se había separado en verano de 2020, pero según fuentes cercanas a ambos el actor se había puesto en contacto con ella a finales de mayo pidiéndole ayuda y explicándole que para él había llegado el momento de buscar ayuda profesional. De hecho, fue él mismo quien propuso acudir a ese centro de tratamiento en Florida y permanecer en él el tiempo que fuera necesario para su recuperación. Un amigo cercano a Hammer ha explicado en la revista que “esta es una señal clara de que está recuperando el control de su vida, y sabe que es un paso adelante hacia su bienestar”.
Diversas fuentes cercanas al actor han explicado en esa misma publicación que Hammer lleva años sumido en una importante adicción a las drogas, a las que tiene una alta tolerancia, entre otras cosas debido a su corpulencia (mide casi dos metros). “Puede beberse una botella de vodka sin darse cuenta”, explicaba alguien que lo conoce bien. “Puede tomarse cinco hamburguesas y no se pone malo. Bebe mucho, fuma marihuana… no hay droga que no consuma”, decía esa misma fuente. Otra, una exnovia del pasado verano, explicaba que tomaba drogas hasta para jugar un partido de golf, y que después “se tomaba ocho cervezas y cuatro martinis”. Un compañero de rodaje en El llanero solitario (2013) relataba que tenía “una montaña de porros en su caravana, le pidió a un asistente que le trajera hongos alucinógenos, y mezclaba alcohol con medicación para el dolor”, cuenta en la revista.
“Es un adicto a las drogas porque ha pasado muchos traumas y no puede soportar estarse quieto, enfrentarse a sí mismo o estar solo con sus cosas”, reflexionaba una de sus exnovias, que asegura que “todo lo que hace ya lo ha dicho en voz alta en tuits o entrevistas”, en referencia a sus adicciones, a su gusto por las armas o el sexo duro. “Ha estado a punto de explotar desde hace tiempo, pero todos se reían de ello”. De hecho, en 2017 Hammer estuvo en el punto de mira cuando premió con un me gusta unas publicaciones sobre prácticas sexuales de bondage y dominación. Además, en 2013 contó a Playboy cómo habían cambiado, tras casarse con Chambers, sus hábitos sexuales: “Me gustaba agarrar del cuello y el pelo y todo eso. […] Pero luego te casas y tus apetitos sexuales cambian. Y lo digo para mejor, no es que sufra, de ninguna manera”. Meses después se arrepintió ante otro medio de esas declaraciones y achacó al alcohol haberlas dicho.
Fue a principios de enero de 2021 cuando varias mujeres filtraron mensajes íntimos y muy explícitos que les había mandado el actor, siempre según ellas. “Soy 100% caníbal. Te quiero comer. Joder, asusta admitirlo. Nunca lo he admitido antes. He cortado el corazón de un animal vivo anteriormente y me lo he comido mientras aún estaba caliente”, decía supuestamente en uno de ellos. “Me pone cachondo pensar en sujetar tu corazón con la mano y controlarlo cuando palpita”, se leía en otro. Se filtraron capturas de pantalla donde él le pedía a una chica quedar porque necesitaba beber su sangre y ella aceptaba. “¿Me la darás mañana? No te olvides de que eres mía”, contestaba él.
Esos mensajes hicieron que Hammer abandonara un proyecto que estaba grabando con Jennifer Lopez en República Dominicana. “No estoy respondiendo a estas mentiras, pero a la luz de los viciosos y espurios ataques en Internet en mi contra, mi conciencia no me permite dejar a mis hijos durante cuatro meses para rodar una película en la República Dominicana”, dijo entonces en el que ha sido su único comunicado al respecto y donde explicó que su productora, Lionsgate, le apoyaba. Apenas dos semanas después también dejó su trabajo en la serie que rodaba y que trataba sobre la génesis de la película El padrino, de 1972, donde interpretaba al productor Al Ruddy.
Hammer llevaba 10 años casado con la también actriz Elizabeth Chambers, con quien tiene un niño y una niña, Ford y Harper. La actriz rompió su silencio en febrero, cuando en su perfil de Instagram aseguró estar “en shock, con el corazón roto y destrozada”. “Apoyo a cualquier víctima de ataques y de abusos y animo a todo aquel que haya experimentado este dolor a que busque la ayuda que necesite para curarse”,