Al menos 22 personas han muerto y 27 permanecen desaparecidas por la erupción el sábado del volcán Semeru en la isla indonesia de Java, según el balance de víctimas difundido este lunes por las autoridades. Ya han sido evacuadas 2.004 personas, que se encuentran repartidas en 19 centros de acogida, ha indicado el director en funciones del Centro de Datos, Información y Comunicación de Desastres, Abdul Muhari.
Las fuertes lluvias y bolsas de aire caliente que emanan del volcán, que en la mañana de este lunes registró una erupción menor, están dificultando las tareas de los equipos de búsqueda y rescate que tratan de hallar supervivientes en las 11 poblaciones asentadas en la ladera del monte. El derrumbe de un puente que conecta el distrito de Lumajang, zona cero de la tragedia, con la ciudad de Malang también está condicionando la actividad.
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La oficina de una mina de arena ha quedado sepultada y 15 personas están atrapadas en el interior y en los alrededores, señala a la agencia France Presse Hasim, un capataz de 65 años. “No tenemos ninguna noticia [sobre ellos]. Solamente se ha podido salvar un obrero. Está hospitalizado con quemaduras”. Algunas de las víctimas quedaron encerradas en sus vehículos cuando trataban de escapar, han señalado miembros de los equipos de rescate.
El jefe de la agencia local de protección civil, Wawan Hadi, había confirmado previamente que 68 personas fueron atendidas con quemaduras tras la erupción, que ha dejado amplias zonas de la isla cubiertas por una espesa capa de humo y ceniza. Las imágenes de los medios de comunicación locales muestran viviendas prácticamente y en las grabaciones aéreas se pueden ver techos sobresaliendo de una masa de cenizas en el suelo. Mientras, en el terreno, militares, policías y residentes cavan con sus manos en la capa de ceniza para tratar de encontrar supervivientes.
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“Semeru es uno de los volcanes más activos en Indonesia. Antes y después del 4 de diciembre [fecha de la erupción], seguirá estándolo”, ha indicado a la agencia Reuters Liswanto, responsable del Observatorio del Volcán Semeru. Muchos residentes huyeron a toda prisa el sábado, pero algunos han regresado a sus hogares para comprobar cómo han quedado sus pertenencias y ganado, pese a que las autoridades han pedido a los habitantes de la zona que no se acerquen a menos de cinco kilómetros del cráter, por el potencial dañino del nivel de concentración de cenizas. “La gente tiene que permanecer más alerta porque la amenaza potencial está todavía presente”, ha añadido Liswanto.
Entre las últimas víctimas localizadas figuran una mujer y su hija cuyos cuerpo fueron hallados entrelazados en los escombros de su vivienda, según el portal de noticias Kompas. El volcán ―de 3.700 metros, uno de los volcanes más activos del país y la montaña más alta de la isla de Java― ya entró en erupción en diciembre del año pasado, lo que provocó una ola de evacuaciones parecida a la vivida este fin de semana Indonesia se sitúa en el llamado Anillo de Fuego del Pacífico, por lo que experimenta a menudo una alta actividad sísmica y los terremotos y erupciones volcánicas ocurren con regularidad.
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