En el primer trimestre del año, la realidad laboral en México ha mostrado un panorama inquietante: 675,952 trabajadores dejaron sus empleos por diversas razones. De este total, un significativo número de 55,091 personas optó por abandonar sus puestos debido a motivos de pensión, jubilación o retiro, lo que equivale a un notable aumento del 47% respecto al mismo periodo del año anterior, según un análisis reciente de la Confederación Patronal de la República Mexicana (Coparmex) en Nuevo León, basado en datos de la Encuesta Nacional de Ocupación y Empleo (ENOE) del Inegi.
Este crecimiento en el número de trabajadores que deciden tramitar su pensión no se había visto desde el segundo trimestre de 2008. Las entidades federativas que lideran esta tendencia son el Estado de México, con 14,200 trabajadores, seguido por la Ciudad de México con 11,906 y Nuevo León, que presenta 4,212 jubilaciones.
En Nuevo León, 43,258 trabajadores abandonaron sus puestos, marcando un incremento del 6.7% comparado con el mismo lapso del año anterior. Destacan especialmente los 4,212 que se retiraron para gestionar su pensión, cifra que no se había alcanzado desde el cuarto trimestre de 2005.
Este fenómeno se relaciona estrechamente con el envejecimiento de la población. Entre 2020 y 2025, la población de 60 años y más en el país creció a un ritmo promedio anual del 4.15%, pasando de 16.7 a 20.4 millones de personas. En Nuevo León, aunque a un ritmo marginalmente menor, la tasa fue de 3.78%, con un aumento de 806,675 a 868,675 personas en el mismo periodo. Este crecimiento demográfico empieza a reflejarse en el mercado laboral, revelando una mayor cantidad de trabajadores que optan por retirarse.
Cecilia Carrillo López, directora general de Coparmex Nuevo León, manifestó que esta entidad destaca por tener un número elevado de personas con derecho a tramitar una pensión, gracias al compromiso social del sector patronal. Sin embargo, advirtió que las decisiones de jubilación pueden no ser siempre un plan estipulado, sino una respuesta a la incertidumbre económica, la inflación o las condiciones laborales actuales.
Carrillo también enfatizó que, de continuar esta tendencia, se generarían presiones sobre los sistemas de seguridad social, lo que subraya la necesidad de desarrollar políticas públicas adecuadas que garanticen un balance entre la entrada de nuevos trabajadores y la salida de los actuales. A pesar de contar con una de las tasas de informalidad laboral más bajas del país, las debilidades en el mercado laboral podrían estar motivando estas decisiones. A su vez, resaltó que todos los trabajadores del sector formal tienen el derecho de acceder a su pensión tras cumplir ciertos requisitos.
Estos datos, que representan la situación hasta el primer trimestre de 2025, invitan a una reflexión profunda sobre el futuro del mercado laboral y la estabilidad del sistema de pensiones en un contexto económico que evoluciona rápidamente. Se abre así una ventana de oportunidad para que las empresas reconsideren sus políticas de retiro y programas de previsión social, en sintonía con las nuevas realidades demográficas y económicas del país.
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