Eliminar un recuerdo puede parecer algo propio de películas de ciencia ficción, pero según un estudio reciente, podría ser más sencillo de lo que se pensaba. La neurocientífica Sheena Josselyn ha descubierto que es posible borrar un recuerdo con las herramientas adecuadas.
Josselyn explica que los recuerdos están almacenados en las conexiones entre las células cerebrales, llamadas sinapsis. Estas conexiones se fortalecen cada vez que recordamos algo, lo que hace que los recuerdos sean más duraderos. Sin embargo, también se pueden debilitar y desvanecer si no se activan.
La investigadora y su equipo realizaron experimentos en ratones para probar esta teoría. Utilizaron una técnica llamada optogenética para controlar las sinapsis y activar o desactivar los recuerdos. Descubrieron que al desactivar la sinapsis asociada a un recuerdo, este desaparecía por completo.
Aunque estos experimentos se realizaron en ratones, el equipo de Josselyn está trabajando en aplicar esta técnica a seres humanos. Sin embargo, aún no hay resultados definitivos en ese campo.
Este descubrimiento plantea cuestiones éticas importantes. ¿Deberíamos tener el poder de borrar recuerdos? Algunos pueden argumentar que sería útil en casos de traumas o trastornos de estrés postraumático. Sin embargo, también podría ser utilizado de manera indebida para borrar recuerdos incómodos o desagradables.
En resumen, la neurocientífica Sheena Josselyn ha descubierto que es posible borrar recuerdos al desactivar las conexiones sinápticas asociadas a ellos. Aunque aún se está investigando el uso de esta técnica en seres humanos, plantea importantes debates éticos sobre el poder de eliminar recuerdos.
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