Brasil no tuvo piedad con Venezuela.
En el estreno de la Copa América, la anfitriona que no quería ser anfitriona, superó con autoridad a la frágil Vinotinto. Todavía más debilitada después del brote de coronavirus que dejó su seleccionador, José Peseiro sin ocho futbolistas. Entonces, en el Estadio Mané Garrincha de Brasilia, sin más esfuerzo que encomendarse al talento de Neymar. La Canarinha goleó a Venezuela por 3-0 y comenzó el camino hacía su décima Copa América.
No hubo ceremonia inaugural en Brasilia, ni apareció el presidente Jair Bolsonaro. Tampoco la máxima autoridad de la Confederación Brasileña de Fútbol, Rogerio Caboclo. Separado temporalmente del cargo por una denuncia de acoso sexual por parte de una de sus secretarias. La Copa América regresó Brasil en las manos de cuatro trabajadores sanitarios. Homenaje que comenzó la organización y que continuaron los futbolistas.
Minuto de silencio de los muchachos de Tite y Peseiro en memoria de los cerca de 490.000 fallecidos por coronavirus en Brasil. Ya no había más que decir. Había hablado Tite en la previa de la Copa. “No la queríamos jugar por respeto por todo lo que vive. Es un campeonato hecho de forma desastrosa y rápida”, se quejó el técnico de la Canarinha. También lo habían hecho sus jugadores, liderados por el capitán, Casemiro. “Una copa tan bonita, centenaria, no puede ser organizada en diez días. Pero lo respetamos y ahora que estamos aquí queremos vencer”, se sumó el futbolista del Real Madrid. ¿Solución? Ninguna, a jugar.
La Conmebol aseguró (contestó) que “es plenamente consciente de la situación que atraviesa el continente en el contexto de la pandemia”. Y aclaró que cuenta con un “grupo de expertos” que trabaja en coordinación con las autoridades sanitarias de los 10 países, que diseñaron y aplicaron “con éxito rigurosas acciones y medidas sanitarias en todos sus torneos”. Ocurrió, sin embargo, que Venezuela llegó a Brasil con 13 miembros del staff con coronavirus. Y, aunque se le permitió incorporar a 15 nuevos futbolistas a su plantilla, Peseiro no pudo contar con ninguno para el duelo frente a Brasil. De hecho, solo estuvo acompañado en el banquillo por siete jugadores, entre los que había dos porteros.