Claudia Sheinbaum ha pisado el acelerador durante las últimas semanas. Tras el duro golpe de la tragedia del metro, que hizo mella en sus niveles de popularidad, la jefa del Gobierno capitalino ha multiplicado su presencia pública con varios eventos convertidos en baños de multitudes donde la han apoyado y vitoreado como si se tratara de la presidenta del Gobierno federal.
Actos de partido e inauguraciones de obras públicas que le han servido para escenificar su músculo dentro de Morena ante la carrera por la candidatura presencial. Una demostración de fuerza culminada este lunes con el anuncio de una remodelación de su Gabinete que incluye como nuevo secretario de Gobierno a Martí Batres, un peso pesado del partido.
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El acelerón de Sheinbaum coincide con su paso lateral en la gestión del derrumbe el 3 de mayo de un tramo del metro en el que murieron 26 personas y decenas más resultaron heridas. La tragedia, a un mes de las elecciones intermedias, supuso un durísimo revés en sus aspiraciones a pelear por la candidatura presidencial de 2024. Con una investigación abierta pero sin resultados todavía, el propio Andrés Manuel López Obrador dio un volantazo dirigido a proteger a la jefa de Gobierno. Desde el 24 de junio, el presidente centralizó en él mismo toda la comunicación de la investigación para desahogar de presión y desgaste a Sheinbaum.
Fue la propia la jefa de Gobierno quien dio a conocer a la prensa que el presidente será el único que comunicará los avances del caso. Tras el giro de timón y con Sheinbaum ya fuera de foco empezaron a llegar las decisiones. Después de meses de rumores y especulaciones, el Gobierno capitalino dejaba caer a Florencia Serranía, la directora del metro de Ciudad de México, una de las principales señaladas por la tragedia.