Se ha informado que seis policías y cinco guardias civiles en activo serán candidatos a las elecciones del 28 de mayo. La participación de miembros del cuerpo de seguridad del estado en la política es una práctica que puede generar ciertas preocupaciones en la ciudadanía. Desde el punto de vista de la imagen pública, puede resultar cuestionable que quienes están encargados de aplicar y hacer cumplir las leyes decidan saltar al otro lado de la barrera y convertirse en legisladores.
Además, esta situación también podría generar problemas de parcialidad en las decisiones tomadas por estos cargos políticos en el futuro. Al ser miembros activos de la policía o de la guardia civil, pueden tener intereses particulares o una mentalidad claramente enfocada en la seguridad, lo que podría afectar la toma de decisiones en otros ámbitos políticos como la educación, la economía, o el medio ambiente.
En cualquier caso, la legislación española no prohíbe la participación de funcionarios de la policía o la guardia civil en partidos políticos y, de hecho, hay algunos antecedentes de este tipo de candidaturas. En este sentido, cabe destacar que aunque parezca cuestionable que miembros activos de cuerpos de seguridad del estado se dediquen a la política, no se trata de una ilegalidad, siempre y cuando se cumplan con las normativas pertinentes.
Con todo, conviene recordar que cada persona tiene libertad para escoger su destino profesional, ya sea dentro o fuera de las fuerzas y cuerpos de seguridad del estado, y que esta libertad se extiende a la elección de formar parte de un partido político. Sin embargo, es importante que estas decisiones sean tomadas de manera consciente y responsable, pensando en cómo pueden influir en la sociedad y en la propia imagen pública de quienes deciden dar este salto a la política.
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