La caza furtiva es la captura y remoción de especímenes de varias especies de su hábitat natural. Bolsos, abrigos, llaveros e incluso mascotas son algunos de los destinos de los animales sacrificados en este esfuerzo.
Consultamos a varios especialistas en conservación ambiental, quienes nos cuentan algunos de los secretos y verdades de uno de los comercios ilegales más grandes del mundo.
La práctica representa una amenaza para especies que van desde aves pequeñas hasta mamíferos gigantes, como lo destaca una investigación realizada por la Universidad de Colby en los Estados Unidos y la Universidad Simon Fraser en Canadá. preferible.
Entre los animales mencionados destacan el rinoceronte (cotizado en más de 368 mil dólares), el tigre (comercializado en más de 350 mil dólares), el tiburón blanco (cotizado en más de 91 mil dólares) y el oso polar (por el que pagan más de 31 mil dólares), entre otros.
Dichas cifras posicionan al mercado negro de animales como el cuarto más grande a nivel mundial, después del tráfico de drogas, armas y personas.
De acuerdo con el Programa Medioambiental de las Naciones Unidas, el valor de este mercado ronda entre los 70 mil y 213 mil millones de dólares.
“Hoy en día existen zoológicos que están involucrados con el tráfico de vida silvestre, también llega a haber casos en los que de un día para otro faltan animales e incluso hay otros que le piden a los cazadores que les lleven ejemplares para hacerles taxidermia”, dice a este medio Daen Morales, miembro de la Comisión Mundial de Áreas Naturales Protegidas (WCPA).
La problemática ilegal
Si bien este fenómeno ha afectado a numerosas especies a lo largo de los años, el problema de la caza furtiva en el mundo, incluido México, es un tema que alcanza hasta los últimos peldaños del sistema legal.
“Este problema se debería concebir como un ilícito ambiental y se tiene que abordar desde un enfoque social, ético y ambiental”, dice Morales, quien además es Vocal jurídico de la Alianza Nacional para la Conservación del Jaguar.
México es uno de los países con cifras más bajas respecto a consecuencias para los agresores de la naturaleza, tal y como lo señala la organización BioFutura, la cual revela que en Columna Digital solo el .32 por ciento de los ilícitos ambientales logran tener una sentencia.
Además, señalan que a lo largo de la historia de la nación, solo tres personas han pagado una sentencia por delitos en contra de la vida silvestre.
Si bien se están sumando esfuerzos, la caza furtiva continúa siendo de los delitos más cometidos en el mundo, sin embargo, México se encuentra en una situación de emergencia.
Las más vulnerables
Si bien más de siete mil especies se ven afectadas directamente con este mercado cada año, algunas de ellas son blancos más jugosos para los cazadores por diversas razones.
“Las más vulnerables son las denominadas especies carismáticas. Estas son víctimas de su carga cultural e histórica y por eso la gente las busca mucho más”, dijo Daen Morales, quien además es líder climático en The Climate Reality Project.
De acuerdo con la Semarnat, algunas de las especies carismáticas destinadas a la comercialización de sus pieles en México son los tigrillos, los ocelotes y el jaguar.
Mientras que entre las destinadas para mascota destaca el perico verde mexicano, a pesar de que tiene una veda definitiva, al igual que el jaguar.
¿Cómo se esta accionando?
Con el objetivo de reducir la caza furtiva y su impacto global, la Organización de las Naciones Unidas (ONU) aprobó una resolución en 2018 que obliga a los 48 países que conforman las Naciones Unidas a combatir la caza furtiva desde sus propios países.
El objetivo de la resolución es promover leyes y endurecer los procesos judiciales para que estos actos sean reconocidos como delitos graves.
Asimismo, la tecnología se ha sumado a esta lucha con la aplicación PAWS (Protection Assistance for Wildlife Security), la cual fue desarrollada por la Universidad del Sur de California en colaboración con la National Science Foundation.
La app recaba datos de las patrullas de vigilancia con los cazadores furtivos, así el algoritmo descifra los patrones de comportamiento de los furtivos y sugiere a los vigilantes nuevas rutas hacia ellos.
Dado que PAWS funciona de acuerdo a los datos que se le proporcionen, mientras más información se le brinde, su funcionamiento será más rápido. Uno de ellos es la ubicación exacta en donde han sido capturados otros furtivos.
Sin embargo, también se puede contribuir a la disminución de esta práctica como voluntario en algunas organizaciones.
Una de ellas es Projects Abroad, la organización internacional de voluntarios más grande del mundo, la cual desde hace 30 años ha capacitado a más de 130 mil voluntarios y voluntarias para luchar contra grandes problemáticas mundiales, una de ellas la caza furtiva.
Algunas de las acciones que realizan los voluntarios para combatir este fenómeno son la realización de estudios para monitorear el crecimiento de las poblaciones, jornadas de retiro de trampas para animales e incluso patrullas nocturnas para recolección de huevos de tortuga antes de que los cazadores los roben.
Las y los voluntarios han logrado retirar más de mil 800 trampas en Kenia y Botsuana, además de haber rescatado y liberado a más de 100 mil crías de la tortuga marina.
Para unirte a esta red global de voluntarios, todo lo que necesitas hacer es visitar el sitio web de Projects Abroad, revisar los proyectos que más te interesen, inscribirte y seguir las instrucciones marcadas. La mayoría de sus proyectos acogen a jóvenes mayores de 16 años.
“Al final del día biológicamente todos dependemos de todos y cualquier especie, por más alejada que esté de nosotros, siempre tiene algún impacto en nuestra vida. Es importante que abramos los ojos y repensemos la manera en la que convivimos y concebimos a los demás organismos de nuestro alrededor”, dijo finalmente Mendoza.
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