El 12 de diciembre es una fecha emblemática en México, marcada por la celebración del Día de la Virgen de Guadalupe, que no solo representa un profundo vínculo espiritual y cultural para millones de mexicanos, sino que también se ha consolidado como un significativo motor económico. Este año, se espera que la afluencia de peregrinos que visiten santuarios a lo largo del país genere una derrama superior a los 21,700 millones de pesos.
De acuerdo con estimaciones de la Confederación de Cámaras Nacionales de Comercio, Servicios y Turismo, la actividad económica relacionada con esta festividad podría ver un crecimiento de aproximadamente un 8.5% en comparación con el año anterior. Este incremento es impulsado por el turismo religioso y un aumento notable en el consumo en variados sectores.
Entre el 6 y el 15 de diciembre, millones de personas se trasladarán hacia lugares de culto, con la Basílica de Guadalupe en la Ciudad de México como uno de los destinos más destacados. Cada peregrinación representa un impacto económico directo y tangible: las familias que participan requieren transporte, alojamiento, alimentación y realizan compras, que van desde artículos religiosos hasta ropa y artesanías locales.
Para muchos micro, pequeñas y medianas empresas, especialmente los negocios familiares, esta época constituye una de las temporadas más cruciales del año. La Confederación ha subrayado que los días de peregrinación se suman al impulso comercial que comienza con El Buen Fin y se extiende hasta las festividades decembrinas.
Octavio de la Torre de Stéffano, presidente de la Confederación, ha enfatizado el valor multifacético de esta celebración, que no solo abarca la devoción, sino también su notable impacto económico. La fe guadalupana simboliza identidad y cohesión social, además de convertirse en un motor en la economía.
Además, la organización ha hecho un llamado a los tres niveles de gobierno para colaborar con empresarios y la comunidad, a fin de garantizar condiciones de seguridad, movilidad ordenada y un funcionamiento claro del comercio en las rutas de peregrinación. Este esfuerzo busca consolidar el turismo religioso como un pilar económico, siempre en un marco de respeto y paz social.
De este modo, la celebración del Día de la Virgen de Guadalupe se erige no solo como un acto de fe, sino como una oportunidad inigualable para fortalecer la economía mexicana y resaltar la unidad en la diversidad de creencias y tradiciones.
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