UGT dice que “hay acuerdo”; CC OO añade que “el pacto político está cerrado”; que solo “quedan flecos”. Y fuentes de la CEOE explican que “hay consenso en las líneas generales”, pero aun así advierten de que pelearán hasta la última coma. El Gobierno ha alcanzado un acuerdo político con la patronal y los sindicatos sobre las líneas maestras de la reforma de las pensiones. El Ejecutivo tiene ya el visto bueno de UGT, CC OO y la CEOE a los grandes ejes de esa reforma, según las fuentes consultadas en el Ministerio de Seguridad Social y los agentes sociales, aunque la patronal mantiene reservas sobre el texto final, que estará listo en apenas unos días, según coinciden tanto el Gobierno como el resto de partes implicadas en la negociación.
Dice Robert Skidelski, el biógrafo de uno de los grandes economistas del último siglo, John M. Keynes, que la pérdida de la capacidad redistributiva del Estado del bienestar “está asesinando el capitalismo y la democracia”. España ha pactado con Bruselas un paquete de reformas a cambio de 140.000 millones de euros para tratar de revertir esa tendencia, después de que la Gran Recesión y el rescate bancario español obligaran a hacer un conjunto de reformas que eran más bien un conjunto de recortes hace ahora 10 años. Se supone que esta vez es diferente: sobre el papel, reforma ya no es sinónimo de tijeretazo. Pero eso se va a poder empezar a comprobar pronto: el Gobierno ha alcanzado un acuerdo político con los sindicatos y las patronales para el primer tramo de la reforma de las pensiones, según fuentes de CC OO, de UGT, de la patronal CEOE y del ministerio. Quedan los flecos finales y la redacción definitiva, con sus endiablados detalles técnicos. A la espera de la laboral, el Ejecutivo saca así adelante su primera gran reforma al hilo del Plan de Recuperación. Pero los asuntos más delicados sobre pensiones se dejan para más adelante: no se aprobarán hasta 2022.
El ministro José Luis Escrivá tenía prisa por alcanzar un acuerdo en una reforma que le dio enormes quebraderos de cabeza hace unos meses por la propuesta, finalmente no presentada, de aumentar el periodo de cómputo (hasta 35 años cotizados) en el cálculo de las pensiones. Con la reforma laboral en plena negociación, Escrivá se anota así la primera reforma de gran calado, aunque con ese truco de dejar para el año próximo lo más peliagudo. “Las grandes cuestiones están totalmente acordadas; quedan algunos flecos y estamos muy encima del texto definitivo, que estará listo en unos días, puede que la semana próxima”, según explican fuentes de CC OO, que pretenden incluir una referencia explícita a las pensiones mínimas y no contributivas. UGT da el acuerdo por “cerrado”, siempre a falta del texto final, más complicado que en otros asuntos por la trascendencia de los detalles en un asunto de enorme complejidad.
La CEOE ve el vaso medio vacío. Aunque admite que ya hay consenso sobre las líneas generales, recuerda que queda todavía trabajar todo el texto normativo y que cualquier leve alteración del redactado puede generar problemas, más aún si se tiene en cuenta que la comisión de diálogo social de la CEOE cuenta con 280 miembros pendientes de ese acuerdo. Fuentes de Seguridad Social apuntan que el pacto se cerró primero con UGT, al cabo de unos días con Comisiones y finalmente con la CEOE, a falta de los citados detalles y después de pactar la extensión de los expedientes temporales de regulación de empleo (ERTE), uno de los mecanismos que han permitido que la crisis asociada a la pandemia haya impactado menos en el mercado laboral que en anteriores recesiones.
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