Xi Jinping, secretario general del Partido Comunista de China (PCCh) y líder indiscutible del gigante asiático, propuso acelerar el desarrollo militar de su Ejército y advirtió que China nunca renunciará al uso de la fuerza en Taiwán. “Debemos fortalecer nuestro sentido de la dificultad, estar preparados para el peligro en tiempos de paz, prepararnos para un día de lluvia y estar listos para soportar grandes pruebas de vientos y olas altas”, declaró durante la inauguración del XX Congreso de la formación.
Se espera que Xi, de 69 años, obtenga un tercer mandato al término del congreso de una semana, que comenzó ayer por la mañana, consolidando su posición como el gobernante más poderoso de China desde Mao Zedong.
Xi eliminó los límites de los mandatos presidenciales en 2018, despejando el camino para que rompa con el precedente de las últimas décadas y gobierne durante un tercer mandato de cinco años, o más.
Alrededor de 2 mil 300 delegados de todo el país se reunieron en el vasto Gran Salón del Pueblo, en el lado oeste de la plaza de Tiananmen, en un contexto de fuertes medidas de seguridad y bajo un cielo azul tras varios días de niebla en la capital china.
Xi describió los cinco años transcurridos desde el último congreso del partido como “extremadamente infrecuentes y anormales”, durante un discurso que duró menos de dos horas, mucho más breve que su intervención de unas tres horas en el congreso de 2017, ya que no leyó el informe de trabajo completo, algo que sí hizo hace cinco años.
Xi pidió que se reforzara la capacidad de mantener la seguridad nacional, garantizando el suministro de alimentos y energía, asegurando las cadenas de suministro, mejorando la capacidad de hacer frente a los desastres y protegiendo la información personal.
También pidió acelerar la construcción de un Ejército de categoría mundial.
Pero los mayores aplausos llegaron cuando Xi reafirmó su oposición a la independencia de Taiwán.
“Resolver la cuestión de Taiwán es un asunto del pueblo chino y debe ser resuelto únicamente por el pueblo chino. Intentaremos buscar la perspectiva de una reunificación pacífica con la máxima sinceridad y los mayores esfuerzos”, dijo.
“Pero no nos comprometeremos jamás a abandonar el recurso de la fuerza y nos reservamos la posibilidad de tomar todas las medidas necesarias”, advirtió.
Separada de facto de la China comunista desde 1949, Taiwán es una isla de gobierno autónomo y democrático que Pekín considera parte de su territorio y aspira a recuperar.
El Gran Salón del Pueblo salió del letargo y estalló en la mayor ovación del día cuando el mandatario aseguró que “las ruedas históricas de la reunificación nacional y el rejuvenecimiento nacional están avanzando. La reunificación de la patria se debe conseguir y se conseguirá”.
Xi también denunció la interferencia de “fuerzas externas” en Taiwán.
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