Durante la última década, el mundo del entretenimiento ha evolucionado sustancialmente, la década de los 2000’s, los paparazis y la cultura pop giraba todo en torno al “gossip” y el gran objeto que se convertían las celebridades. Esto llevó a que, en la industria de la música, el cine y la T.V, los íconos eran controlados por sus contratos, y los contratantes muchas veces abusaban de la sensibilidad e integridad de las y los actores o músicos. Sin embargo, poco a poco, la comunidad de celebridades así como en todo el mundo occidental, esto comenzó a cambiar, y las personas comenzaron a demandar más respeto sobre su vida y trabajo.
En 2016 la actriz Amy Adams, en una entrevista publicada en la edición británica de la revista GQ, describía el método de trabajo del director y guionista David O. Russell, que la dirigió en La gran estafa americana, como “maniático”. La protagonista de La llegada recordaba tres años después de finalizar el rodaje que compartía con Bradley Cooper y Christian Bale, como el cineasta le “gritaba” y la hacía llorar casi a diario. “Él fue duro conmigo, eso está claro. Mucho. En el set estaba totalmente destrozada y la mayor parte de los días volvía a casa así”, declaró entonces.
Ahora es su compañero de rodaje quien ha hecho el ejercicio de recordar y admitir su papel de mediador entre ella y Russell. “Hice lo que sentí que era apropiado, al estilo de Irv”, explica en la entrevista que se publica en la portada de noviembre de la revista GQ, haciendo referencia a su personaje en La gran estafa americana. En el film, Bale da vida al estafador Irving Rosenfield y su papel en la operación encubierta de Abscam del FBI a fines de la década de 1970 y principios de la de 1980.
Las declaraciones de Bale vienen a confirmar la información que se filtró en los emails que saltaron a la luz en 2014 tras el ciberataque que sufrió la empresa Sony. En los correos electrónicos entre el periodista Jonathan Alter y su cuñado, el entonces director ejecutivo de Sony, Michael Lynton, se leía que Russell, “abusó tanto” de Adams en el set de la película que el protagonista de American Psycho tuvo que intervenir. “Su abuso y su comportamiento lunático son extremos, incluso para los estándares de Hollywood”, escribía entonces Alter a Lynton.
Christian Bale, de 48 años (igual que Adams), que ha trabajado en la última producción de Marvel, Thor: Love and Thunder, ha reconocido en esta misma entrevista que no disfrutó de su papel en la película y califica el rodaje como una experiencia algo aburrida.
“La definición de esto es monotonía. Tienes buena gente. Tienes otros actores que tienen mucha más experiencia que yo. ¿Puedes diferenciar un día de otro? No, absolutamente, no”, confiesa el actor.
En la misma publicación, además, el intérprete que encarna a Batman en El caballero oscuro asegura que vive feliz sin la presión de vivir de rodaje en rodaje, después de pasar el año pasado en tres proyectos distintos y no saber cuándo será el siguiente. “Podría pasarme una eternidad sin trabajar”, asegura.
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