Credit Suisse ha publicado sus resultados del primer trimestre, que muestran una retirada masiva de depósitos por parte de los clientes que alcanzó los 67.000 millones de francos suizos (68.300 millones de euros), debido a la crisis que casi llevó al segundo banco helvético a la quiebra en marzo. A pesar de esto, la entidad logró unos beneficios de 12.600 millones de euros, influenciados por la cancelación de sus bonos contingentes convertibles, un tipo de deuda de alto riesgo.
La caída en picado de las acciones llevó a las autoridades suizas a presionar para que UBS adquiriese a su rival en un fin de semana frenético. Finalmente, la compra por 3.000 millones de euros se anunció el 19 de marzo, antes de la apertura de los mercados. La retirada masiva de liquidez fue particularmente intensa en los días anteriores y posteriores al anuncio, según el informe trimestral del banco.
A pesar de que la retirada de liquidez se estabilizó en niveles más bajos, la situación aún no se ha revertido. En 2022, Credit Suisse ya había sufrido una salida de liquidez de 125.000 millones de euros, lo que contribuyó a una enorme crisis de confianza que llevó a su venta a UBS.
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