El 6 de agosto de 1945 marcó un hito trágico en la historia de la humanidad, con el lanzamiento de la bomba atómica conocida como Little Boy sobre Hiroshima, Japón. Esta devastadora explosión, equivalente a 15 mil toneladas de dinamita, acabó instantáneamente con la vida de entre 70 mil y 80 mil personas. Las consecuencias de ese fatídico día no se limitaron a la mortalidad inmediata; miles de sobrevivientes sufrieron durante años a causa de quemaduras y enfermedades crónicas relacionadas con la radiación.
Tres días después, otro golpe letal fue asestado sobre Nagasaki con la bomba Fat Man, que, aún más destructiva, mató a entre 39 mil y 80 mil personas de forma inmediata. Estas atrocidades, justificadas en su momento por el gobierno de Estados Unidos bajo la premisa de “salvar vidas”, han dejado una sombra permanente sobre el mundo contemporáneo, que sigue temeroso de la posibilidad de que se repita un horror similar.
En conmemoración del octogésimo aniversario de estos bombardeos atómicos, la Cineteca Nacional presentará el documental Visiones de Hiroshima, dirigido por el cineasta venezolano Julio Martínez. Este evento se llevará a cabo el miércoles a las 19 horas y también incluirá un cortometraje del mexicano Santiago Torres, focalizado en el Parque de la Paz de Hiroshima. El documental cuenta con el respaldo de Nihon Hidankyo, una organización japonesa que fue galardonada con el Premio Nobel de la Paz en 2024 por sus esfuerzos en la promoción de un mundo libre de armas nucleares y su compromiso de recordar el horror del pasado.
Entre las iniciativas que complementarán la proyección se encuentra la instalación temporal El lago de las grullas, una obra de la artista de origen japonés Mari Sano. Este proyecto, que busca enviar un mensaje de paz y unidad global, incluye la participación de diversas instituciones, entre ellas la Cineteca Nacional y la Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM). Las 51 figuras de origami que la componen simbolizan el deseo de recordar y aprender del pasado.
La historia de la explosión de Hiroshima y sus efectos devastadores no es sólo un relato histórico, sino un recordatorio de las consecuencias fatales de los conflictos bélicos. Este 80 aniversario se presenta como una oportunidad crucial para reflexionar sobre el presente y trabajar hacia un futuro en el que la paz y la coexistencia sean principios universales.
La proyección de Visiones de Hiroshima en la Cineteca Nacional representa no solo un registro de la atrocidad de los bombardeos, sino también un acto de homenaje a las víctimas y una llamada a la conciencia global. A través de testimonios, material de archivo y colaboraciones artísticas, se busca abrir un espacio de diálogo sobre la memoria y la paz, resaltando la urgencia de prevenir que tales acontecimientos se repitan en el futuro.
En un mundo donde los conflictos siguen presentes —como lo evidencian las tensiones geopolíticas actuales—, el mensaje de Mari Sano se vuelve aún más relevante. Consciente del frágil estado de la paz mundial, Sano enfatiza que la memoria de Hiroshima debe ser un estandarte, pues su legado debe perdurar en nuestras mentes para garantizar que “nunca más” se repita un evento de tal magnitud. La historia nos invita a construir entendimiento y paz, y cada acto de recordación, como el que se realizará en la Cineteca, contribuye a esta noble causa.
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