Donald Trump ha dejado claro su enfoque hacia el Tratado entre México, Estados Unidos y Canadá (T-MEC), argumentando que la justicia en las relaciones comerciales es crucial. En su reciente declaración, mencionó que busca evitar acuerdos que beneficien a las corporaciones extranjeras a expensas de los trabajadores estadounidenses. Con la revisión del T-MEC a la vista, Trump ha expresado su interés en examinar profundamente sus cláusulas, sugiriendo incluso la posibilidad de firmar tratados bilaterales con México y Canadá si considera que el acuerdo actual no es justo.
Desde que comenzó la nueva administración, se ha hablado sobre un enfoque diferente que podría llevar a la creación de acuerdos individualizados, lo que refleja una postura más firme de Estados Unidos en las negociaciones. La relación tensa con Canadá, intensificada por el déficit comercial, ha llevado a Trump a proponer que podría ser beneficioso para Canadá unirse a Estados Unidos como un estado, aunque también ha criticado su manejo histórico en términos comerciales.
Lo que distingue a las negociaciones actuales es el cambio de poder que ha visto Estados Unidos en su posición geopolítica y económica. Con el uso de aranceles de manera unilateral, la Casa Blanca ha recuperado la influencia que había disminuido. Esta nueva estrategia coloca a la administración en una mejor posición para ejercer presión sobre sus socios comerciales.
Marcelo Ebrard ha iniciado consultas públicas para la revisión del T-MEC, mientras que en reuniones bilaterales se discuten temas esenciales que trascienden el acuerdo trilateral. Recientemente, el nuevo primer ministro canadiense, Mark Carney, se reunió con la presidenta mexicana Claudia Sheinbaum para abordar cuestiones clave sobre comercio e inversión. A pesar de que el T-MEC ya es ley en los tres países, Sheinbaum ha indicado que cualquier cambio requeriría una revisión exhaustiva.
La revisión del T-MEC está programada para julio de 2026 y ofrece la posibilidad de reuniones bilaterales entre los países involucrados. Esto facilita un enfoque más matizado que podría abordar asuntos específicos que afectan a México, Estados Unidos y Canadá de manera independiente.
La situación está en constante evolución, y las decisiones que se toman hoy pueden tener repercusiones significativas en el panorama comercial de América del Norte en el futuro cercano.
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