Más de una hora después de la suspensión del partido entre Independiente y Universidad de Chile, correspondiente a los octavos de final de la Copa Sudamericana, la Conmebol emitió un comunicado oficial en su página web y redes sociales, confirmando la cancelación del encuentro y anunciando que el incidente sería remitido a los Órganos Judiciales de la CONMEBOL para futuras decisiones. Esto implica que el partido no será reanudado y se aguardará la posible aplicación de sanciones a ambos clubes.
La situación en el estadio de Independiente, donde se esperaba un emocionante partido de vuelta, se tornó dramática y violenta. Tras un empate 1 a 1 en el marcador, y con el equipo local necesitado de una victoria por al menos un gol para llegar a penales, un grupo de hinchas comenzó a lanzar objetos peligrosos, como monedas y piedras, en dirección a los seguidores de Independiente. Esta acción provocó una respuesta de la barra brava del Rojo, que decidió intervenir violentamente, acorralando a los hinchas chilenos con agresiones físicas. Imágenes estremecedoras de la situación, que no fueron transmitidas en vivo, rápidamente se viralizaron en las redes sociales, mientras se desconoce el estado de salud de los afectados.
Luego de más de 30 minutos de incertidumbre y con el árbitro y jugadores en los vestuarios esperando que la situación se calmara, la decisión de suspender el partido se hizo inevitable.
El propio comunicado de la Conmebol destaca la falta de garantías de seguridad tanto del club local como de las autoridades encargadas de la seguridad pública. En este sentido, la dirección de competiciones de la Conmebol enfatizó que, al no haberse resuelto la situación, se procedía a la cancelación del partido y a remitir el caso a la Comisión Disciplinaria.
El incidente ha provocado una fuerte reacción en la esfera política. El presidente de Chile, Gabriel Boric, se manifestó a través de redes sociales, calificando lo ocurrido como inaceptable y responsabilizando a los organizadores. En su mensaje, hizo hincapié en la urgencia de asegurar la atención médica de los hinchas chilenos agredidos y en garantizar que las autoridades respeten las garantías de quienes han sido detenidos. Boric encargó al embajador chileno en Argentina que se asegurara de que los detenidos recibieran el cuidado necesario y se dirigió a los hospitales donde podrían estar los heridos.
Con estos antecedentes, la situación pone de relieve la creciente preocupación por la violencia en el fútbol y la responsabilidad de las autoridades ante este tipo de incidentes. Los próximos pasos de la Conmebol y el estado de salud de los afectados continúan siendo objeto de atención en la opinión pública.
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