Es muy habitual que quienes vivimos con perros acabemos inmunizados al olor de nuestro propio can y no seamos del todo conscientes de que la casa adquiere su aroma. El olor de un perro, cuando es muy pronunciado, no tiene por qué estar relacionado directamente con una mala higiene o suciedad, sino más bien con su índice de grasa corporal y muy en concreto con la de su piel.
Por otro lado debemos tener en cuenta cuando su nivel de olor es desproporcionado y cuando aumenta significativamente, por muy sensibilizados y acostumbrados que estemos, el olor también es un indicador de salud y si éste se vuelve enormemente pronunciado puede denotar infección o putrefacción. Si ese olor es más pronunciado de lo normal o resulta muy desagradable debemos acudir al veterinario para descartar una enfermedad.
Disminuir la grasa de su piel
Cualquier cambio que realicemos en el cuerpo de nuestro perro puede tener repercusiones, pues cada organismo busca el equilibrio y si descompensamos una variable habrá otras que se vean afectadas. En el caso del olor, uno de los secretos estriba en reducir el nivel de grasa de su piel y pelaje, para que esta impregnación sea menos constante y contundente. Para reducir un poco su grasa y por tanto, su olor, podemos bañar al perro con champú especial para canes realizando una mezcla con vinagre de manzana, que es un desengrasante natural. Una taza de vinagre puede ser más que suficiente.
Intensifica la limpieza de tu casa
Cada mascota tiene unas condiciones de higiene específicas, los gatos sueltan pelo y los pájaros necesitan una limpieza intensiva de su jaula. Cabe mencionar que por muy limpio que parezca tu perro, transita todos los días por la calle, y en ocasiones se roza con espacios sucios que le impregnan de olores y, probablemente, de bacterias y microorganismos.
El olor está en el aire
La piel no es el único origen del olor de los perros, también lo es su boca. En los últimos años se está trabajando de forma más intensa en la concienciación de los dueños de perros sobre la necesidad de que se les laven los dientes. Aunque hay quien no lo hace nunca, sería indicado que por lo menos fuera un par de veces a la semana. Esto acabaría probablemente con uno de los olores más intensos y desagradables de los canes, el de su boca.
Gracias por leer Columna Digital, puedes seguirnos en Facebook, Twitter, Instagram o visitar nuestra página oficial.