Verano es conocido como la época del año en que aprovechamos para disfrutar y relajarnos un poco saliendo de casa, o en ir a la playa, por ejemplo.
El hecho de de que realicemos más actividades de lo habitual sumado a las altas temperaturas características de esta época del año hace que tengamos que tomar algunas precauciones si queremos disfrutar de todo lo positivo de esta época sin poner en riesgo nuestro estado de salud.
Moderar la exposición al sol
Aunque tomar el sol es necesario para metabolizar la vitamina D, no debemos abusar de ésta práctica y mucho menos durante las horas de calor más intenso (12 a 17h). Si nos gusta ponernos morenos/as, no hay que olvidar que debemos hacerlo de manera progresiva y SIEMPRE aplicarnos protección solar de manera recurrente por aquellas zonas que van a estar expuestas al sol. De este modo podremos evitar quemaduras producidas por los rayos del sol o incluso problemas más serios como son los melanomas.
Evitar cambios de temperatura bruscos
El verano es una época del año que invita a pasar más tiempo fuera de casa, a hacer deporte, ir a la playa o piscina y en esencia, a disfrutar de nuestro tiempo libre con amigos y familiares.
El hecho de de que realicemos más actividades de lo habitual sumado a las altas temperaturas características de esta época del año hace que tengamos que tengamos que tomar algunas precauciones si queremos disfrutar de todo lo positivo de esta época sin poner en riesgo nuestro estado de salud, especialmente aquellas personas que padezcan o hayan padecido algún tipo de enfermedad cardiovascular.
Moderar la exposición al sol
Aunque tomar el sol es necesario para metabolizar la vitamina D, no debemos abusar de ésta práctica y mucho menos durante las horas de calor más intenso (12 a 17h). Si nos gusta ponernos morenos/as, no hay que olvidar que debemos hacerlo de manera progresiva y SIEMPRE aplicarnos protección solar de manera recurrente por aquellas zonas que van a estar expuestas al sol. De este modo podremos evitar quemaduras producidas por los rayos del sol o incluso problemas más serios como son los melanomas.
Evitar cambios de temperatura bruscos
El aire acondicionado, hoy día presente en casi cualquier hogar o puesto de trabajo nos permite estar frescos en los meses más calurosos del año pero también nos puede hacer enfermar debido a los cambios bruscos de temperatura. Evitar someter a nuestro cuerpo a estos cambios bruscos nos ayudará a prevenir cualquier enfermedad relacionada, evitando así tener que estar en cama unos días durante nuestras vacaciones. Ajustando el termostato de nuestro aire acondicionado entre 2 y 4º por debajo de la temperatura ambiental no solo nos evitará resfriados sino que además también estaremos ayudando al medio ambiente. También es recomendable evitar el baño en agua con temperatura inferior a los 25o.
Ejercicio sólo en horas de menor temperatura
El ejercicio es aconsejable durante todo el año, pero en verano todos debemos extremar las precauciones. En primer lugar, evitando las horas del día de más calor y, en segundo lugar, escogiendo deportes de menor impacto y que permitan mantener el cuerpo a buena temperatura y fresco (como la natación), especialmente si se padece alguna descompensación cardiovascular.
Pacientes de insuficiencia cardiaca u otras enfermedades crónicas deben evitar el ejercicio al aire libre en condiciones de mucho calor y humedad a toda costa porque su corazón tiene una menor capacidad para eliminar el calor corporal.
Ropa adecuada
Ya hemos hablado en anteriores artículos sobre la importancia de la ropa para hacer deporte en verano. Vayamos a practicar deporte o no, es recomendable llevar prendas frescas, cómodas y transpirables que no nos den más calor y nos hagan sudar todavía más.
También es aconsejable llevar gorros o sombreros que nos cubran la cabeza hasta las orejas para así evitar insolaciones. Por último, debemos llevar un calzado cubierto para caminar por asfalto y ciudades.
Cuida tu dieta
También hemos comentado anteriormente algunas de las claves de la dieta en verano, Lo primero y más importante, si en verano reduces la práctica deportiva, hay que ajustar lo que consumes. A menor gasto calórico, menor debe ser la ingesta de calorías ¡Concédete caprichos, pero no te excedas!
Hidratarse abundantemente
Por el calor y el aumento de la sudoración que este conlleva, toda persona debe cuidar su hidratación en verano. Se recomienda un consumo de entre dos y dos litros y medios de agua embotellada, la corriente (especialmente si se viaja al extranjero) puede producir diarreas. En relación a la excesiva exposición al sol, si no nos hidratamos adecuadamente, puede aparecer una grave hipotensión o pérdida de conocimiento, por lo que el agua, una limonada, helados y refrescos pueden ayudarnos.
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