Tras 13 días consecutivos de descenso en la media de muertes por covid-19, más una reducción de los ingresos hospitalarios en la mayoría de los Estados y el avance de la vacunación, Brasil parece empezar a vislumbrar una luz al final del túnel para domar la pandemia del coronavirus.
Si durante mucho tiempo los problemas en la campaña de vacunación brasileña llevaron a desconfiar de que se encontraría la puerta de salida de la crisis, recientemente varios estados han logrado anticipar la vacunación para los grupos menores de 40 años y se dibujan expectativas para empezar a pensar en una futura vuelta a la normalidad. El descenso de los indicadores de gravedad y muerte por covid-19 observado en las últimas semanas suena alentador en este contexto, pero los expertos consultados por Columna Digital miran el escenario con cautela.
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Contemplan la posibilidad de alcanzar un nivel “más tranquilo” en la pandemia a finales de año con el progreso de la vacunación masiva —que ya empieza a repercutir en la caída de los indicadores—, pero consideran que el riesgo de nuevas variantes capaces de retrasar la salida de la crisis es real, sobre todo cuando el país sigue fracasando debido a la ausencia de una política eficaz para frenar la circulación del virus y, en consecuencia, sus posibilidades de sufrir mutaciones, incluidas las que pueden escapar a la protección de los inmunizadores. El camino hacia el control de la pandemia es todavía largo y requiere el cumplimiento de medidas preventivas como el distanciamiento social, el uso de mascarillas y la higiene.
En la práctica, la situación en Brasil aún está lejos de alcanzar un parámetro cómodo para una “vida normal”. El nivel de transmisión sigue siendo alto, con más de 50.000 nuevos casos notificados diariamente. La media de nuevas muertes también supera las 1.400, más que en el peor momento de la crisis el año pasado. Por otro lado, el escenario dista mucho del vertiginoso agravamiento que se observó a finales de febrero y que se intensificó en marzo y abril de este año, cuando se acumularon cientos de personas esperando una cama en la UCI, los sistemas de salud se colapsaron.