México se enfrenta a un panorama económico desalentador para el 2025, proyectando un crecimiento del 0.8%, muy por debajo del 3.2% que se espera para la economía global. Esta dilatada tasa de crecimiento refleja una “nueva normalidad” que ha caracterizado al país en el contexto post-pandemia, dejando a México en una posición vulnerable frente a los cambios en la política económica de Estados Unidos, particularmente con el regreso de Donald Trump a la Casa Blanca.
Muchas voces podrían celebrar el crecimiento de 0.8%, argumentando que evita caer en números rojos y recesión. Sin embargo, es crucial tener en cuenta que esta cifra está en línea con el desempeño del sexenio anterior, que también registró un crecimiento promedio inferior al 1%. La proyección más optimista de la OCDE de 0.4% en junio sugiere que, a pesar de las circunstancias, el avance es ínfimo en comparación con el dinamismo global.
Los factores detrás de este crecimiento modesto son variados. El gobierno ha emprendido recortes significativos en su inversión pública, que disminuyó en 22.4% durante el primer semestre de 2025, mientras que el sector privado también recortó sus gastos de inversión en un 4.8%. Este clima de incertidumbre, sumado a la preocupación por una reforma del Poder Judicial y un mayor peso fiscal, refuerza la cautela en las decisiones económicas.
El segundo semestre promete ser aún más complicado, según advierte la OCDE, ya que las medidas proteccionistas de Estados Unidos comenzarán a tener un impacto más palpable en la economía mexicana. A pesar de que un mejor desempeño en el primer semestre elevó las expectativas, se estima que para 2026 el crecimiento mexicano podría alcanzar un modesto 1.3%, continuando la distancia respecto al promedio mundial de 2.9%.
En contraste, Asia, liderada por China e India, sigue posicionándose como la región de mayor crecimiento. Aunque se prevé que la economía china crezca un 4.9% en 2025, India está emergiendo con mayor vigor, proyectándose un crecimiento de 6.7%, a pesar de los aranceles impuestos por Estados Unidos como respuesta a la compra de petróleo ruso. Esta dinámica no solo señala el resurgimiento de India como una de las principales economías, ya que también ha superado a Japón en términos de PIB nominal.
Mientras tanto, Europa pierde protagonismo. Las previsiones de crecimiento para la zona euro se mantienen en un 1.2% en 2025 y caerán a 1.0% en 2026. Entre estas economías, Alemania muestra un desempeño mediocre con un crecimiento proyectado del 0.3%, mientras que España destaca con una proyección del 2.6%, planteando la pregunta sobre el papel de las inversiones mexicanas en este crecimiento.
A medida que el mundo avanza rápidamente, con un crecimiento global previsto de 3.2%, México debe replantearse su estrategia económica para evitar quedar rezagado. La economía mexicana, en comparación con las tendencias mundiales, está en la encrucijada de acelerar su desarrollo o enfrentar una permanencia en el estancamiento, al menos en comparación con sus vecinos en América Central.
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