La expansión temprana del Homo Sapiens se ha convertido en un tema de interés para los científicos, y recientes hallazgos sugieren que las agujas de coser con ojos fueron clave en este proceso. Los primeros grupos de humanos llegaron a lugares tan lejanos como Australia y América del Sur, pero se desconoce cómo lograron desplazarse por tierra y mar durante grandes distancias.
Un estudio realizado por la Universidad de Bergen en Noruega encontró que el uso de agujas de coser con ojos, que aparecieron hace unos 50,000 años, ayudó a los primeros humanos a crear ropa más duradera y funcional para combatir el frío, lo que les permitió expandirse hacia climas más extremos y alejados de su origen en África.
Además, se cree que las agujas de coser también ayudaron a los primeros humanos a crear redes de pesca más resistentes, lo que les permitió pescar en mares más profundos y distantes, expandiendo así sustancialmente sus posibilidades alimentarias.
Para los científicos, el hallazgo es significativo porque sugiere que los primeros humanos no solo contaban con habilidades necesarias para sobrevivir en entornos hostiles, sino que también tenían alguna capacidad tecnológica de adaptación y planificación.
Asimismo, este estudio muestra cómo las herramientas cotidianas tienen un impacto realmente significativo en nuestra evolución como especie, y cómo una innovación tan simple como la aguja de coser con ojos nos permitió extender nuestra huella más allá de nuestras fronteras continentales.
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