Tite, el seleccionador de Brasil, hizo un esfuerzo para no descomponerse cuando anunció que dejaba la selección después de cumplir con el ciclo completo en dos asaltos fallidos a los Mundiales. También dijo que Neymar no lanzó ningún penalti porque le había reservado para tirar el último, y para entonces Croacia ya estaba clasificada. “[Neymar] no lo tiró porque el último penalti es el más importante”, dijo, “y los jugadores que lo lanzan deben ser los que están mentalmente más preparados”.
La historia acabó con un gimoteo tras la tanda de penaltis. Pero el partido comenzó a decidirse lejos de las áreas. Zlatko Dalic, el seleccionador de Croacia, explicó lo que había sucedido con la misma sencillez con que la realidad del fútbol suele llevarse por delante a las falsas expectativas que genera la publicidad: un gran mediocampo siempre puede más que una gran delantera. “Croacia ganó a Brasil porque tiene los mejores centrocampistas del mundo”, dijo Dalic, señalando a Modric, Brozovic, Kovacic y Vlasic. “Con sus pases, sus controles y sus intercepciones le escondimos el balón al rival. Cuando nos quitaron la pelota los bloqueamos. Cuando rompimos al ataque no generamos muchas ocasiones pero fueron suficientes”.
“Modric fue la cabeza de nuestra selección durante 120 minutos”, observó. “Nunca se cansó, nunca se quedó por detrás de las jugadas. Cuando acabó el tiempo reglamentario le preguntamos si estaba bien y nos dijo que estaba listo para jugar la prórroga. ¡Y además marcó el penalti!”.
Modric estaba exultante. “Nos dieron por muertos”, dijo, “pero demostramos que nunca nos rendimos”. El volante madridista, que tras el Mundial de Rusia recibió el Balón de Oro por dirigir a Croacia a la final con dos prórrogas incluidas, felicitó a su portero, Dominik Livakovic, por parar 10 de los 11 tiros a puerta que hizo Brasil antes de los penaltis. “Ha estado otra vez impresionante”, le elogió el capitán, tras recordar que el meta venía de parar tres penaltis a Japón en octavos.
“Esto solo lo podemos hacer los croatas”, se exaltó Dalic. “Tenemos un carácter muy fuerte y no nos rendimos. Estábamos preparados para todo. Era importante no conceder un gol al principio. Así fue, y al llegar a la tanda de penaltis ya nos sentíamos ganadores. Dominik paró el primer penalti, a Rodrygo, y nos dio confianza porque los brasileños se atemorizaron y pensaron que les pararía más tiros”.
“Siempre supimos que podíamos ganar el partido”, dijo Mislav Orsic. “Incluso después de encajar el 1-0, nosotros siempre pensamos que el encuentro se podía ganar. Estábamos tranquilos. Ahora estamos orgullosos”. A sus 29 años, sereno como quien acaba el turno en la oficina, el autor del pase a Petkovic en el gol que empató el partido —único tiro croata entre los tres palos— no fingía. Apenas sudaba, tras eliminar al Brasil de Neymar, gran favorito, ahogado en el mediocampo de Modric.
Suscríbete aquí a nuestra newsletter especial sobre el Mundial de Qatar
La nota precedente contiene información del siguiente origen y de nuestra área de redacción.