La conmemoración de los 11 años de la desaparición de los 43 normalistas de Ayotzinapa se llevó a cabo este 26 de septiembre en el Zócalo de la Ciudad de México. Este encuentro, que reunió a familias, estudiantes y activistas, buscó renovar las demandas de justicia por lo sucedido en Iguala, Guerrero, durante la trágica noche del 26 y la madrugada del 27 de septiembre de 2014.
Según César Cravioto, titular de la Secretaría de Gobierno capitalina, la ceremonia concluyó con incidentes menores, haciendo alusión a los actos de vandalismo perpetrados por un grupo de personas encapuchadas, así como a las agresiones contra algunos miembros de la Secretaría de Seguridad Ciudadana (SSC-CDMX).
El evento comenzó en el emblemático Ángel de la Independencia, y la SSC-CDMX reportó que alrededor de 4,000 personas participaron en la movilización. A pesar de los reportes de incidentes, la Secretaría confirmó que el saldo fue blanco, lo que sugiere que, en términos generales, el evento se llevó a cabo sin mayores complicaciones.
Para garantizar la seguridad, se desplegaron 500 elementos de la Policía Metropolitana y otros 200 de la Subsecretaría de Control de Tránsito, además de contar con el apoyo de 52 paramédicos, cuatro ambulancias y diez motoambulancias del Escuadrón de Rescate y Urgencias Médicas (ERUM). Se proporcionaron cuatro atenciones médicas menores, incluyendo a un agente de la policía.
Sin embargo, la jornada también estuvo marcada por la acción de un grupo aproximado de 130 personas encapuchadas que, al margen de los actos oficiales, provocaron disturbios. Estos individuos realizaron pintas, lanzaron petardos y rompieron los vidrios de diversas instituciones públicas y comercios privados, llegando incluso a saquear una tienda de conveniencia y afectar estaciones de transporte público.
La movilización culminó sin mayores sobresaltos, gracias a la coordinación interinstitucional y al despliegue efectivo de personal, demostrando la complicada realidad que aún enfrenta el país respecto a la seguridad y la justicia en el caso de los normalistas desaparecidos.
La conmemoración es un recordatorio del dolor que persiste y de la necesidad de justicia para las familias afectadas. La lucha por la verdad y la memoria de los 43 continúa viva en el corazón de quienes marchan y alzan la voz en demanda de respuestas en el caso que marcó a toda una nación.
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