A Valeska Sandoval el régimen de Daniel Ortega le ha cobrado caro haberse involucrado en las protestas que en 2018 exigieron el fin del mandato del sandinista. Ella se había atrincherado con otros estudiantes en el campus de la Universidad Nacional Autónoma de Nicaragua (UNAM) y sufrió el ataque de la policía y grupos parapoliciales fuertemente armados que accedieron con fuerza al recinto para expulsar a los estudiantes rebeldes.
Tras la toma brutal de la universidad, Sandoval, estudiante de 22 años, buscó refugio en Estados Unidos, donde le fue negado el asilo. “Dos agentes me llevaron a una suerte de bodega y me ataron las manos al techo con un cable. obligándome a quedar parada con las manos sobre mi cabeza”.
Un oficial le preguntó qué había dicho en Estados Unidos y otros agentes antidisturbios la abofetearon, le dieron puñetazos en el estómago y la llevaron hasta un tanque de agua. “Me sumergieron la cabeza en el agua reiteradamente a lo largo de 20 minutos”. Cuando la liberaron, los oficiales le advirtieron: “La próxima vez que te veamos, vamos a matarte”.