El presidente de México, Andrés Manuel López Obrador (AMLO), arremetió contra la nueva marcha antiPlan B que se llevará a cabo el próximo 26 de febrero en la CDMX en protesta a las reformas electorales y del Instituto Nacional Electoral.
Durante su conferencia matutina, AMLO criticó a los participantes de la marcha, afirmando que estaban defendiendo intereses privados en lugar de los intereses de la nación. El presidente también cuestionó la autenticidad de las demandas de los manifestantes, afirmando que se trata de “marchas y protestas fabricadas” por la oposición.
AMLO defendió su política electoral, afirmando que durante décadas se han llevado a cabo negocios con la realización de los proceso electorales en México; Además de que los consejeros electorales tienen gastos y salarios millonarios que ponen en riesgo las finanzas del país y le quitan credibilidad a los resultados de las elecciones.
La postura del presidente ha generado reacciones encontradas entre la población, algunos consideran que la manifestación es un derecho constitucional y no debería ser catalogada como de “corruptos”, mientras que otros apoyan la política energética del gobierno y critican la postura de los manifestantes. La polarización política en México parece estar en aumento, y este tipo de marchas y declaraciones reflejan una brecha cada vez mayor entre los diferentes sectores de la sociedad.
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