Del refugio a la pesadilla juvenil

En un impactante giro de los acontecimientos, una adolescente de 17 años ha destapado un alarmante caso de trata de personas y abusos sexuales en la Casa de las Mercedes CDMX, un albergue que debería ser un refugio seguro para niñas y adolescentes en situación de vulnerabilidad en la Ciudad de México. Esta revelación ha puesto en el centro de la atención pública el entorno de riesgo que enfrentan muchos menores en el país.

Durante una conferencia de prensa, Bertha Alcalde Luján, titular de la Fiscalía General de Justicia de la Ciudad de México (FGJCDMX), anunció la aprehensión de Aquiles “N”, quien ha sido vinculado a proceso por su presunta participación en el delito de violación agravada contra la joven. Tras su arresto, Aquiles “N” fue ingresado en el Reclusorio Preventivo Varonil Oriente, donde se le ha impuesto la medida cautelar de prisión preventiva. El juez encargado del caso ha establecido un plazo de dos meses para el cierre de la investigación complementaria, lo que deja entrever la gravedad de las acusaciones.

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Los abusos fueron destapados cuando, en marzo de 2025, la adolescente fue trasladada desde el albergue hasta la casa de la madre del imputado. Allí, sufrió no solo agresiones sexuales, sino también amenazas y acoso por parte del personal del albergue, quienes, intimidándola, le hicieron temer por la custodia de su hijo si decidía denunciar lo ocurrido. A pesar de la presión, la joven encontró la valentía para redactar una carta dirigida al Sistema para el Desarrollo Integral de la Familia de la Ciudad de México (DIF-CDMX), lo que llevó a la apertura de la investigación y al rescate de 80 menores que estaban bajo el resguardo de la Fundación de Asistencia Privada.

La colaboración entre la Fiscalía, el DIF-CDMX, la Comisión Nacional de los Derechos Humanos (CNDH) y la Comisión de Derechos Humanos de la Ciudad de México (CDHCM) ha sido fundamental para garantizar la protección y atención integral de las víctimas, quienes ahora reciben atención médica, psicológica y social, además de alimentación adecuada.

Desde este escabroso incidente, diversas organizaciones han expresado su profunda preocupación por el estado de vulnerabilidad en el que se hallan los menores en México. La Red por los Derechos de la Infancia en México (Redim) ha señalado que este tipo de sucesos reflejan un patrón alarmante y recurrente que no solo compromete la seguridad de los niños y adolescentes, sino que también muestra una falta de mecanismos de protección adecuados. La red también ha recordado otros casos históricos, como el de “La gran familia” en Michoacán y la Ciudad de los Niños en Guanajuato, ejemplos que resaltan un problema sistémico en el país.

Organización civil Reinserta ha hecho un llamado a las autoridades para que no se limite a una respuesta indignada, sino que se establezcan políticas coherentes que aborden las fallas estructurales en el sistema de protección infantil. La organización ha ofrecido su cooperación para mejorar los protocolos de protección y monitoreo, enfatizando la necesidad de un enfoque de derechos que prevenga futuros reclutamientos y tratas.

La Fiscalía CDMX ha reafirmado su compromiso de colaborar con el Gobierno de la Ciudad de México para salvaguardar el interés superior de la niñez y asegurar el acceso a la justicia para aquellos que han sufrido. Es crucial recordar que, de acuerdo con la ley, todos los mencionados en este proceso son considerados inocentes hasta que se demuestre su culpabilidad en un juicio justo.

Este caso resuena no solo como un claro llamado a la acción ante la alarmante situación de muchos menores en el país, sino también como un recordatorio de que la protección de los derechos infantiles no puede esperar. Con cada caso que se destapa, se hace más evidente la necesidad de un cambio estructural en el enfoque hacia la niñez vulnerable en México.

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