El fentanilo es una sustancia altamente adictiva y peligrosa que se ha convertido en una de las principales preocupaciones de las autoridades de salud en México y en todo el mundo. Este opiáceo sintético es hasta cien veces más potente que la morfina y se usa comúnmente como analgésico para tratar el dolor agudo, como el de los pacientes con cáncer.
Sin embargo, su abuso y uso indebido puede tener consecuencias devastadoras, como la adicción, la sobredosis y la muerte. El fentanilo se vende en el mercado negro en forma de pastillas, parches o spray nasal y su bajo costo lo hace accesible a una amplia gama de consumidores.
El aumento del consumo de fentanilo en México está causando una preocupación creciente entre las autoridades de salud y los expertos en adicciones. Según datos de la Comisión Nacional contra las Adicciones, el número de personas que buscaron tratamiento por adicción a opiáceos, incluido el fentanilo, aumentó un 70% en los últimos dos años.
Las historias de las personas adictas al fentanilo son desgarradoras, sus vidas y las de sus familias se ven interrumpidas por una sustancia que les roba todo lo que tienen. Las sobredosis son cada vez más frecuentes y muchas veces fatales. Las personas que logran superar la adicción deben lidiar con el dolor físico y emocional que les ha causado esta sustancia.
Es necesario tomar medidas urgentes para abordar el problema del fentanilo en México. Es importante educar a la sociedad sobre los peligros de esta sustancia, fortalecer los programas de prevención y tratamiento de adicciones, y colaborar con otros países para combatir el tráfico ilegal de fentanilo y otras drogas peligrosas. Solo así podremos proteger a nuestras comunidades y ofrecer un futuro mejor a las personas que luchan contra la adicción al fentanilo.
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