Una destacada representante de la gastronomía tradicional mexicana es Juana Bravo Lázaro, una talentosa cocinera originaria de Angahuan, en el municipio de Uruapan, Michoacán. Reconocida por su invaluable contribución a la cocina tradicional, ha dedicado más de dos décadas a compartir su arte culinario. Galardonada con el Premio Nacional de Artes y Literatura 2024, este reconocimiento subraya su impacto en la cultura gastronómica del país.
Desde sus primeros pasos en la cocina, Juana ha llevado consigo los secretos de recetas que han pasado de generación en generación en su familia. Su influencia ha sido tal que contribuyó a que la cocina mexicana fuera declarada Patrimonio Cultural Inmaterial de la Humanidad por la Unesco en 2010. Su pasión por la cocina no solo se centra en preparar platillos, sino en promover la identidad cultural y la cohesión familiar.
Juana, quien al inicio no hablaba español, aprendió las bases de su arte culinario de su abuela, y con el tiempo, su labor ha evolucionado hacia la enseñanza. Ha trabajado en distintas instituciones, como la Universidad Intercultural Indígena de Michoacán, donde ofreció capacitación en técnicas de artesanía.
Desde 2024, ha formado parte del programa Semilleros Creativos, cuyo objetivo es enseñar el uso del telar de cintura a las nuevas generaciones, fortaleciendo así la tradición purépecha y el orgullo local. Su labor no se limita solo a la cocina, ya que representa la riqueza cultural de México en diversos foros internacionales.
En premios recientes, Juana fue reconocida durante la Feria Internacional de Turismo (FITUR) en Madrid con los Premios Excelencias Gourmet. Además, ostenta un Estándar de Competencia en Preparación de Gastronomía Mexicana Popular y Tradicional, otorgado por el Conservatorio de la Cultura Gastronómica Mexicana.
Entre las delicias que se pueden degustar en su restaurante, encontramos las corundas de frijol, tortillas bicolores, atoles y atápakua de calabacitas, todas preparadas con maíz cultivado en la tierra que su padre le heredó. Los visitantes pueden disfrutar de su cocina en Avenida Paricutín 69, Barrio de San Juan, Angahuan, Uruapan, donde se recomienda hacer reservaciones.
La historia de Juana Bravo Lázaro es un testimonio del poder de la gastronomía para unir comunidades, preservar tradiciones y enriquecer el patrimonio cultural de México. Su dedicación y compromiso continúan inspirando a otros a valorar la identidad cultural que se encuentra en cada platillo que prepara.
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