Especialistas del Boston Children’s Hospital de Massachusetts (Estados Unidos) aseguran haber descubierto un anticuerpo que podría ser capaz de combatir todas las cepas y variantes del SARS-CoV-2.
Asimismo, los hallazgos publicados en la revista Science Immunology podrían ser útiles para terapias con anticuerpos monoclonales, como tratamiento para personas infectadas con COVID y quizás más adelante en el desarrollo de nuevas vacunas.
¿Cómo lo descubrieron?
En este estudio fueron vitales los ratones humanizados, que también son utilizados para la búsqueda de anticuerpos en la investigación contra el VIH. Los ratones son “humanizados” inyectándoles una solución que contiene segmentos de genes humanos, lo que hace que sus sistemas inmunes trabajen como los nuestros, y produzcan anticuerpos como los humanos.
Tras humanizar a los ratones, los científicos los expusieron al SARS-CoV-2. Los sistemas inmunitarios de los ratones produjeron anticuerpos como respuesta al virus, y los científicos midieron esas respuestas inmunitarias para ver con qué eficacia protegían o combatían las diferentes variantes del coronavirus.
Los expertos se sorprendieron al descubrir que uno de los anticuerpos producidos en los ratones era capaz de neutralizar (esto es, detener) todas las cepas conocidas del SARS-CoV-2 (alpha, beta, gamma, delta y las subvariantes de ómicron, incluyendo la BA.5).
Esto es una gran noticia, toda vez que ya se han probado terapias monoclonales en entornos hospitalarios contra el COVID, pero han sido ineficaces contra las nuevas variantes de ómicron. Y lo mismo vale para las vacunas. La Agencia Europea de Medicamentos aprobó dos vacunas contra ómicron, pero ninguna que pueda ser eficaz específicamente contra las subvariantes, como BA.4 y BA.5.
Nuevo anticuerpo llamado SP1-77
El SARS-CoV-2 ingresa a nuestros cuerpos al unirse, o adherirse, a una parte de nuestra células llamada receptor ACE2. Este es usualmente el primer paso en la cadena de infección, uno que los anticuerpos tienen como objetivo evitar o bloquear. Pero este nuevo anticuerpo, llamado SP1-77, se diferencia de los otros porque detiene el proceso en un punto posterior, cuando el virus se “fusiona” con las membranas celulares.
“SP1-77 se une a la proteína espiga en un sitio que hasta ahora no ha mutado en ninguna de las variantes”, explica el Dr. Tom Kirchhausen, uno de los autores del estudio. “Esas propiedades podrían contribuir a su amplia y potente actividad”. El equipo de científicos dice que está trabajando en las patentes para el ratón “humanizado” y el anticuerpo SP1-77 para desarrollar una vacuna.
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