Baviera, Alemania | 14 de julio de 2025 — Un estudio publicado en Scientific Reports ha documentado un fenómeno insólito y fatal ocurrido hace 150 millones de años: peces prehistóricos del género Tharsis murieron asfixiados tras intentar ingerir los restos flotantes de calamares fósiles conocidos como belemnites. El hallazgo fue realizado en los yacimientos de Solnhofen, en la actual región de Baviera, Alemania, famosa por su excepcional preservación fósil.
Investigadores como Martin Ebert y Martina Kölbl-Ebert analizaron más de 4.200 fósiles de Tharsis y encontraron varios casos en los que un belemnite se hallaba incrustado en la boca y las branquias del pez. Los cefalópodos ya estaban muertos y sus restos flotaban recubiertos de algas y bacterias, lo que pudo haber engañado a los peces, que confundieron los cadáveres con alimento.
“Una vez que el rostrum del belemnite era absorbido por la boca, ya no podían deshacerse de estos objetos mortales”, señalaron los autores.
La estructura anatómica del belemnite —afilada, rígida y con una parte ensanchada llamada phragmocone— impedía que los peces lo tragaran completamente o lo expulsaran. El resultado era un bloqueo fatal del flujo de agua por las branquias, causando la muerte por asfixia.
Una ventana al Jurásico
Los fósiles provienen de lagunas salinas de baja oxigenación que facilitaron la conservación intacta de los organismos. El equipo científico documentó al menos cuatro casos claros en museos de Alemania y Estados Unidos. En uno de ellos, incluso se halló una ostra adherida al belemnite, prueba de que el cefalópodo había muerto tiempo antes y flotaba cuando fue ingerido.
Este accidente fósil sugiere un error de percepción alimenticia. Tharsis, un pez que se alimentaba por succión de organismos diminutos, no tenía ni la anatomía ni la dentición para cazar belemnites. Su muerte, según los investigadores, fue consecuencia de confundir los cadáveres flotantes —cubiertos de biofilm— con presas vivas.
Paralelismos con el presente
El estudio establece una comparación directa con problemáticas modernas como la ingestión de plásticos por animales marinos. El biofilm que recubre los plásticos emite señales químicas que los peces confunden con alimento. Algo parecido habría ocurrido con los Tharsis jurásicos.
Además, todos los peces documentados eran subadultos, lo que podría indicar que la inexperiencia también jugó un papel en su trágico error.
Este hallazgo no solo ofrece una insólita escena de muerte fosilizada, sino que también aporta información valiosa sobre la ecología marina del Jurásico tardío y la evolución del comportamiento alimenticio en los peces.
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